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La alegría que vuelve la vida a las calles

Periférico

Luis Guillermo Hernández Aranda

Con el triunfo global del Santos 3-2 sobre el Cruz Azul, los Guerreros alzaron por tercera vez la Copa provocando la alegría de toda la Comarca Lagunera. La gente salió a las calles para festejar un triunfo que en los últimos minutos se tornó dramático.

Jaime Lozano metió el gol de Cruz Azul que por momentos provocó que el fantasma de los tiempos extra rondaran las tribunas del Estadio Corona, afortunadamente los Cementeros tuvieron mala puntería y el Santos se alzó con la Copa.

Con el silbatazo final estalló la algarabía en las tribunas donde miles de fanáticos vestidos de verde no dejaban de cantar el Himno del Santos para después dar paso al emblemático We are the Champions de Queen.

Durante una semana la Comarca Lagunera se vistió de verde. En las calles se vendieron camisas, muñecos con figura de guerreros, cachuchas y toda la parafernalia referente al Santos que uno se pueda imaginar.

Por una semana se dejaron atrás los problemas y en la Comarca Lagunera se volvió a respirar un aire de alegría y tranquilidad que hacía mucho no se sentía en las calles. La violencia del último año nos había secuestrado la felicidad de convivir con los otros en los espacios públicos.

La verbena popular fue esa catarsis que la población necesitaba para olvidar, aunque fuera por unas cuantas horas los problemas propios de la vida moderna. Cada gol anotado por el Santos se convirtió en ese grito de júbilo que todos necesitábamos para tomarnos un respiro.

Es impresionante lo que significa el Santos para nuestra sociedad, es ese símbolo de unión que nos hace sentirnos laguneros. Este equipo lo mismo provoca marchas que misas, genera una participación ciudadana que todos los políticos envidian. De ahí la intención de nuestros gobernantes de secuestrar la fiesta, una fiesta que es del pueblo sin distinción de clases sociales.

Hace un año la Comarca estaba sufriendo por que el fantasma de descenso estaba presente. Hoy la tristeza ha sido desplazada por la alegría que da la victoria de ser campeones. Los nombres de Vuoso, Ludueña y Oswaldo Sánchez son erigidos como héroes, como en el pasado lo fue Apud y Adomaitis.

En una sociedad agobiada por la crisis económica, inseguridad y desempleo, los futbolistas se convierten en símbolos de identificación. En “guías espirituales”, donde todos quieren ser como ellos, ya que generan la satisfacción que la clase política no da.

El festejo se alargó hasta la madrugada, diferentes plazas y monumentos de la Comarca Lagunera fueron escenarios donde la gente brincó y cantó, pero sobre todo convivió como una sola comunidad.

En un mundo neoliberal, donde se promueve el individualismo como única vía para acceder al desarrollo, resulta refrescante la fiesta que genera este tercer campeonato del Santos. Donde todos nos emocionamos con cada gol, ya que cada anotación nos regresa a la infancia perdida, al acto lúdico y la celebración.

Gracias Santos por este tercer campeonato, pero sobre todo gracias por motivar que las calles se llenen de alegría y los espacios públicos sean retomados por niños, jóvenes y adultos para celebrar con el Otro, por generar una convivencia ciudadana en espacios tan olvidados como el Centro de Torreón.

lharanda@elsiglodetorreon.com.mx

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