VERDADERA PARADOJA la del cierre y clausura de la Casa del Artista en Torreón. El sábado pasado la Dirección de Ecología del Ayuntamiento emanado del PAN y a cargo de José Ángel Pérez Hernández, mandó cerrar el centro en donde un grupo de artistas, maestros y alumnos laguneros estaban tratando de hacer arte y cultura.
EL ARGUMENTO ESGRIMIDO por las altas autoridades municipales en la rama de la Ecología y que encabeza la señora Susana Estens, raya verdaderamente en lo increíble. Resulta que la razón de la clausura se motivó y fundamentó: “En que ese centro de cultura emite ruidos a elevados volúmenes de intensidad que ya tienen cansados a los vecinos”.
SI LAS AUTORIDADES municipales estuviesen realmente preocupadas por la contaminación del ruido en nuestra ciudad, existen decenas de lugares y de antros que con sus escándalos fonográficos tienen hartos a miles de torreonenses, por ejemplo, la Plaza de Armas en donde un grupo de vendedores de discos “piratas” ensordecen 12 horas del día a los viandantes.
QUÉ NOS PUEDE DECIR también Susana Estens de las bocinas de altísimos decibeles que diariamente enloquecen a todo aquel que camina por las avenidas Juárez o la Hidalgo en donde a gritos los comerciantes pregonan sus baratas.
QUÉ NOS cuenta la Dirección de Ecología sobre la tala irresponsable de los árboles en todas las colonias a gusto y capricho de los vecinos, sin que haya ninguna autoridad que los sancione por el ecocidio. En una región en donde la conservación de la vida forestal es de primerísima importancia para poder rescatarla del desierto, no existe ninguna cultura para cuidar o proteger nuestra precaria flora.
POR EL CONTRARIO, durante los primeros meses de cada año varios colonos laguneros inician de manera precisa y sistemática la destrucción de los árboles que se encuentran plantados frente a su casa, no obstante de que dichos árboles forman parte del equipamiento urbano de la ciudad y que son propiedad del Municipio por encontrarse en la vía pública, Ecología del Municipio no hace absolutamente nada para hacer cumplir la Ley.
BÁSTANOS SALIR de viaje a cualquier ciudad del país para que podamos ver el cuidado y protección que dedican a su flora. En nuestra ciudad ubicada en medio de un desierto, sucede todo lo contrario. Talamos irracionalmente los pocos árboles que tenemos y cuando se trata de reforestar, a nuestros municipales se les ocurre la genial idea de sembrar puros cactus, nopaleras, mezquites, lechuguillas o magueyes en lugar de árboles frondosos que den un poco de remanso y sombra a los habitantes de estas áridas regiones.
COMO PODRÁN CONSTATAR nuestros lectores, los ecólogos municipales están más preocupados en cerrar la Casa del Artista, que las decenas de antros y bocinas estridentes del comercio, que generan mucho más decibeles y ruido que la Casa del Artista.
LOS SUSPICACES ven en el asunto del cierre y clausura un fondo político que por ahora no podemos develar. Algunas personas opinan que se trata del eterno conflicto de José Ángel Pérez Hernández con el gobernador Humberto Moreira Valdés que patrocinó la Casa. Otros piensan que de una u otra manera los habituales de la Casa durante las pasadas elecciones para diputados locales, le dieron la espalda al panismo por lo que ahora son castigados por el alcalde.
SEA UNA u otra la razón que motivó la clausura, la medida raya en una verdadera tontería, pues se trataría quizá, del primer caso en la historia de este país, que una casa que está promoviendo el arte y la libre manifestación de las ideas haya sido cerrada por un Ayuntamiento por generar demasiado ruido.
TENEMOS PUES a la vista un nuevo caso de ineficacia administrativa y falta del más elemental sentido común. Y es que bajo este mismo síndrome el Ayuntamiento clausuró y paralizó las obras del famosísimo Nudo Mixteco por varios meses.
ESPERAMOS que muy pronto las autoridades municipales recapaciten y actúen con la razón y al amparo del derecho en el renglón de clausura de centros de cultura y actúen también, con mucho más eficacia en el cuidado y conservación de la flora que tanto necesita esta ciudad asentada en medio de un desierto.
LA DIRECCIÓN de Ecología deberá vigilar que no se realicen talas irracionales en la colonia Torreón Jardín, Campestre la Rosita o en cualquier parte de la ciudad y que en todo caso exijan un permiso previo para hacer podas, pero siempre bajo la vigilancia de la autoridad y en su caso se impongan las multas previstas en la Ley a los infractores. Comentarios gaasco@hotmail.com