María del Carmen Garza Durán, presidenta de la CMIC, testifica que respetan las sanciones de cada dependencia cuando una constructora incumple con su trabajo.
El Siglo de Durango
La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) no mete las manos al fuego por aquellos socios que quedan mal en sus contratos, afirma su presidenta María del Carmen Garza Durán.
La empresaria comenta que con el incremento a los precios del acero y el cemento las obras han sufrido una afectación que oscila entre un 8 ó 10 por ciento.
AVAL
-El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) determinó sancionar fuertemente a Administración Inmobiliaria de Durango por incumplimiento, ¿qué opina la CMIC de estas medidas?
Respeto pleno a lo que marque cada normatividad o dependencia. No nos podemos saltar lo que diga la normatividad ni tampoco estar por encima de la ley. Cada dependencia determina lo que le exige al contratista y así debe cumplir, en tiempo, forma y con calidad. No se puede tapar un mal trabajo y la dependencia debe dictar sus propias reglas.
-¿A la CMIC les reportan las empresas incumplidas?
A mí me llegan reportes cuando no han cumplido en tiempo, definitivamente, en las próximas propuestas que nos permite hacer la dependencia no se proponen a aquellos que no cumplen.
-¿O sea que la Cámara no mete las manos al fuego por los incumplidos?
No, definitivamente no. Sí están dentro de la Cámara pero cuando llega el reporte se hace una propuesta y no se recomiendan. No se le puede prohibir a ningún constructor o persona ser miembro la Cámara siempre y cuando cumpla con los requisitos que marca el mismo reglamento.
-¿ A cuántas empresas ya no recomendaron en el 2007?
Bueno pues es poco, estamos hablando de un 5 por ciento de un total de 200 constructoras, es algo mínimo.
AFECTACIONES
-¿Ya resintieron el impacto del incremento en el precio del acero y el cemento?
En terracerías no fue mucho el impacto pero tenemos obras en donde el insumo básico es el acero y el cemento y aquí se impacta un poco más, en obras de edificación.
En términos generales estamos hablando entre un 8 ó 10 por ciento (de afectación en el precio). No paramos las obras, simplemente es una reprogramación de las mismas.
No hay pérdidas porque presentamos escalatorias y cuando son justificables, la dependencia no tiene ningún problema para pagar esa diferencia de precio, se presentan tarjetas de precios unitarios con el precio modificado.