Muchísima gente en la actualidad padece de la silenciosa y asesina enfermedad llamada hipertensión, misma que sólo cuando alcanza extremos peligrosos se manifiesta, y mientras esto sucede daña a los riñones, al páncreas y al corazón. Se trata del endurecimiento de nuestras venas y arterias, así como del azolve interno de las mismas de plaquetas y grasas (lípidos de baja densidad), bien conocidos estos fenómenos corporales como arterioesclerosis y arterosclerosis.
Una presión sistólica y diastólica por debajo de 130 sobre 80 es aún sin hipertensión, arriba de estos valores ya son diferentes las recomendaciones médicas como hacer ejercicio, bajar de peso, adoptar el sistema vegetariano, tomar grandes dosis de enzimas y antioxidantes, etcétera.
En 1998 se le otorgó el Premio Nobel de Medicina al eminente doctor Louis J. Ignarro por su gran trayectoria, descubrimiento y aplicación del óxido nítrico en nuestro cuerpo, se trata de un gas que se produce al consumir L arginine y L citruline, dos aminoácidos esenciales, y cuando éstos son consumidos por parte del ser humano, los resultados son increíbles; simple y sencillamente esos dos aminoácidos al ser metabolizados por el cuerpo generan óxido nítrico, mismo gas que dilata nuestras venas en general y las limpia de inmediato, reestructura nuestro sistema cardiovascular y es capaz de revertir enfermedades como diabetes, cáncer, nefritis y, por supuesto, hipertensión.
Con el uso y aplicación de óxido nítrico, su hipertensión tiene los días contados; el estímulo natural a sus células es increíble, sólo debe tomar seis gramos de L arginine y un gramo de L citruline por las noches antes de dormir. Sus efectos colaterales sólo son benéficos pues se trata de pequeñas porciones de comida, es decir, proteína sintetizada en forma de aminoácidos.
Dichos aminoácidos no son otra cosa que una forma de alimento concentrado (no es medicamento), son una maravilla que bien ameritaron el Premio Nobel de Medicina.
Hoy en día se encuentran incluso mezclados en productos como el noexplode o el nitrix, no sólo limpian nuestras venas, sino que eliminan en cuestión de semanas la peligrosa hipertensión, además eliminan diabetes y diversos problemas cancerígenos se extinguen.
Le recomiendo mucho comprar y estudiar el libro llamado “No más infartos”, del doctor Louis J. Ignaro, Premio Nobel de Medicina de 1998, Editorial Lumen, se maravillará con el contenido de este libro que, dicho sea de paso, es un tratado sencillo sobre el uso y aplicación de antioxidantes como la vitamina C, B9, ácido fólico, el ajo, la lecitina de soya y, por supuesto, la vitamina E.
El uso diario de aginine y citruline salvará su vida o bien la protegerá de todo daño, no existe mayor efecto colateral que una gran pérdida de grasa, tonicidad muscular y un rejuvenecimiento increíble de su cuerpo. La salud se logra por medio del conocimiento y la disciplina.
En el tratado ya descrito le sorprenderán las estadísticas de casos sanados totalmente de hipertensión, cáncer y diabetes a través del óxido nítrico, no dude en someterse a este suplemento y verá cómo en cuestión de algunas semanas su cuerpo luce como si tuviera usted 18 años.
Con el uso de óxido nítrico en el cuerpo (NO) y su aplicación con vitamina C, E, B, A, D, ajo y lecitina de soya, en sólo un par de semanas los resultados serán extraordinarios, además, por cierto, la hemodilatación es tal que la libido se dispara de una manera muy fuerte pues ésta es directamente proporcional al flujo sanguíneo y hormonal y esto es lo primero que repara el óxido nítrico.
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Hasta la próxima...