Debemos recordar la gran importancia de consumir frutas y verduras en nuestra vida diaria, se trata del consumo de enzimas vivas que viajan por nuestros órganos reparándolos de forma integral, las enzimas innegablemente son antioxidantes, es decir, impiden la oxidación del cuerpo previniendo enfermedades graves como la diabetes, el cáncer y todo tipo de enfermedades comunes como el catarro y cualquier baja en el sistema inmunológico.
Básicamente los alimentos crudos conservan innegablemente su carga enzimática y por ende nos reparan, si a esto agregamos aminoácidos como l-citruline y el arginine tendremos óxido nítrico hemodilatador en nuestras venas y éste es en extremo antioxidante y pudiéramos considerar ácido lipoico y l-carnitine, que en conjunto reparan las mitocondrias de nuestras células y también son antioxidantes. El efecto antioxidante de nuestra comida resume nuestra calidad de vida; el alcohol es oxidante, el cigarro, la leche y el café son oxidantes muy ácidos y, claro, las carnes rojas también lo son.
Es indispensable sacar de nuestra vida una cultura basada en la mercadotecnia del capitalismo tendiente a satisfacer la mente y no el cuerpo.
La mente es una herramienta poderosa pero sin control es insaciable y nos destruye, debemos controlarla y orientarla para comer nuestra medicina tal como dijo Hipócrates, “tu alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento”.
Le recomiendo como un fluido superantioxidante, energetizante, anticancerígeno, tranquilizante, desinflamante y protector hepático, pancreático y renal, se trata de su propia orina, maravilloso instrumento divino de curación.
Le recomiendo leer el libro Uroterapia de la Dra. Sonia Rdz., se sorprenderá usted de los grandísimos resultados, es definitivo su consumo diario, de preferencia en ayunas (primer hora de la mañana), el efecto es tan poderoso que devastará toda enfermedad oxidativa.
Hasta la próxima...