DE REGRESO AL BUEN SENDERO
Transcurrido un tercio del torneo, lo hecho por Santos Laguna, tomando en cuenta las condiciones como se arrancó en el campeonato, no está nada mal. Hablando de esas condiciones, una cosa son los imponderables, lesiones, llegada de un nuevo jugador, etcétera, y otra es ser demasiado condescendiente. Caso Benítez. Tuvo un gran Apertura, correcto, pero no por eso se va a tomar las vacaciones que se le pegue la gana, con las consecuencias que todavía está pagando, batallando horrores para regresar a su mejor forma física.
A pesar de eso y la sequía goleadora de Matías, los Guerreros son líderes de su grupo gracias a ese virtuoso, a ese Mozart del futbol que tenemos el privilegio de ver cada quince días en el estadio que tiene los días contados, Daniel Emmanuel Ludueña. Por eso y muchas cosas más (como dice la canción navideña que canta un anónimo cachetón), el guerrero ha retomado el sendero de la victoria, del cual se había desviado un poquito.
Los siguientes dos compromisos son contra rivales de grupo: América en la casa del dolor santista y Rayados en el Corona, de ganar ambos encuentros, prácticamente la clasificación estaría en el bolsillo.
Fue la despedida del “Homie” Castillo, no lo veremos hasta la jornada trece, una lástima, así como da gusto ver jugar a tipos como Estrada y Matías con su entrega sin reservas, Ludueña y la sensibilidad que lo acompaña, Édgar nos tenía acostumbrados a sus ataques de kamikaze, lanzándose sobre las líneas enemigas sin importar las consecuencias; que sea para bien “Homie” y ayúdanos a conseguir un boleto a Pekín.
Esta semana iniciaron las obras del nuevo Estadio Corona, cuando Flipy Nevárez nos recordaba en el sonido local que nos quedaban dos torneos y el resto de éste para decir adiós al viejo Corona, me acordé de la discusión (más o menos civilizada) que sostuve con Manolo Ibarrola sobre cuál sería el futuro de la todavía actual casa de los Guerreros, Manolo es de los que sostiene que debe de preservarse como un estadio-museo o alguna locura así, yo soy de los que piensan que debe ser demolido, los recuerdos se quedan en el corazón de los aficionados laguneros y no en las piedras. Pero hete aquí, justo cuando Flipy decía: “Queda poco para despedirnos de nuestro querido Estadio”, sentí como un sentimiento de culpa, pasaron como una película a gran velocidad los goles del “Ruso”, Richard Zambrano, Juanito Flores, Ramón y Nicolás, Jared, Dolmo, Benjamín, el señorío del “Turco”, en fin, una lágrima traicionera amenazaba por rodar en mi vasta mejilla y entonces sobrevino el momento, una especie de crujido exactamente en donde estaba yo sentado, era como un lamento, sí, era el vetusto inmueble que me decía “ya ves méndigo, si bien que me quieres”. Ni hablar, ya tomarán los propietarios la mejor decisión, que para eso son los dueños.
Otra situación a destacar de lo sucedido el domingo pasado fue la interpretación que se le dio al look del zafado de Benítez, para algunos era un capuchino, para otros un puro apagado, que si se había peinado con shinola (sustancia para bolear zapatitos blancos en la época prehispánica).
En fin, que el moreno anotó, y si el domingo en el Azteca vuelve a marcar, por mí puede salir como el Guasón, en homenaje póstumo a Heath Leadger.