NECAXA EL ATILA DEL FUTBOL
El pasado domingo Santos Laguna se unió a otros siete equipos que como locales no pudieron vencer al Necaxa. El equipo, ahora dirigido por Salvador Reyes, está de regreso a sus mejores tiempos cuando se convirtió en un ejemplo claro de que desgraciadamente el futbol mediocre y especulativo te puede alcanzar para clasificarte en la Liga Mexicana.
Monterrey, Puebla, Jaguares, Pumas, Tecos, Morelia, Atlas y Santos cayeron en el mismo error de creer que a los Rayos les interesan los tres puntos por juego. Nada más lejano a la realidad, al equipo de Aguascalientes le queda claro que los empates son sus “triunfos” así los festejan, se dan cuenta de que su técnico y jugadores se expresan como si hubieran ganado, sus palabras son de alguien que se impuso a su rival, hablan de que están jugando bien cuando ya suman nueve empates en quince juegos. Las únicas dos derrotas del Necaxa han sido en su cancha, pero por supuesto, así tendría que ser, cuando tú eres el indicado en ir al frente por tu calidad de local es cuando los Rayos se desordenan. Cometieron el error de desesperarse contra Toluca y Veracruz, dos equipos que buscaban la igualada y terminaron ganando en el Victoria.
Lección aprendida, a partir de la jornada ocho, cuando perdieron con el “Tiburón”, se acabó el futbol temerario, ya nada de jugar con línea de cinco abajo y dos contenciones, no, demasiado arriesgado, mejor agrégale una contención más y que Ángel Reyna corra como loco marcando y si de ahí por casualidad le cae un balón a modo que se lo lanza al único que juega adelante, el colombiano Rodallega.
La clave para el Necaxa es simple, cero a cero es igual que ir perdiendo uno a cero, es decir aún estando abajo en el marcador el planteamiento no cambia, un mínimo de cinco defensas se mantienen fijos en la última línea y a seguir esperando a que se equivoque el de enfrente.
Pero ahí están en zona de reclasificación, con la esperanza, en caso de clasificarse, de que la paciencia y el futbol medieval que practican les alcance para ganar un juego, porque en el repechaje como en la liguilla si te clasificas con menos puntos que tu rival (que ese es el destino de los rojiblancos) tienes que ganar forzosamente al menos un partido, situación casi ignota para los hidrocálidos.
Por otro lado, Santos debió de vencer a los émulos de Atila (por aquello de que era el rey de los hunos, Necaxa tiene seis empates a uno, sólo ignoren la h, además, la cancha que visita el Necaxa no vuelve a crecer la hierba). La mejor ofensiva siempre debe de imponerse a la mejor defensiva, por el bien del espectáculo, el futbol oscuro y las fuerzas del mal no deben de ser premiadas con jaladas como: “Chava Reyes le dio una lección a Guzmán”. ¿Lección de qué?, me pregunto yo, si el auxiliar de Reyes, Paco Ramírez, se desgañitaba pidiéndole al equipo que adelantara líneas y los futbolistas necaxistas volteaban al palco donde estaba el suspendido técnico y le hacían señas a Ramírez como diciéndole “si te hacemos caso y subimos un poquito más nos regaña el profe”.
Nunca debe de ser puesto como ejemplo de buen futbol un equipo como el Necaxa, que Santos no le pudo ganar, cierto, que los jugadores laguneros que prácticamente aseguraron su clasificación a la liguilla salieron de la cancha con actitud de derrotados, mientras que en la cumbre del cinismo los visitantes salieron felices como si hubieran goleado. ¡Qué futbol ordenado ni qué la fregada!, es terriblemente aburrido, y cada vez que no pierden es un premio a la anorexia futbolística, raquítica y proclive al vómito.
He dicho. Conozco a los cuatro necaxistas que habitan en la Comarca y estoy dispuesto a enfrentar su ira.
Por último, un manifiesto: Por un futbol que busca los goles y por ende divertir a los que pagan por verlo, caso contrario, los únicos satisfechos son un grupo reducido de desvergonzados sujetos que atentan contra el espectáculo.
