¡¡AHÍ VIENE EL TORO!!
A propósito del partido de vuelta entre Santos y Monterrey, sostuve una polémica en el programa de radio Palco Web de GREM contra tres pérfidos sujetos: Moi Arce, José Juan Vázquez y Fernando Benito. El motivo principal es que su servidor sostenía, y sostiene, que el principal causante de que el panameño Felipe Baloy terminara por lesionarse fue Matías Vuoso. El duelo que tuvo que sostener con el delantero más complicado de marcar en el futbol mexicano lo terminó por fundir. Contra el “Toro” simplemente no hay respiro, no hay momento de calma.
Matías no tendrá la habilidad de Suazo ni la velocidad de Benítez ni el cabeceo de Borgetti, pero el ahora mexicano tiene un poco de todo esto y lo magnifica en base a voluntad, agallas y una determinación que raya en la obsesión.
Un defensa que marca a Sergio Santana, Miguel Sabah, “Gata” Fernández, Landín o cualquier delantero de esas características, sabe que cuando un balón va en camino de abandonar la cancha puede detener su carrera y prepararse para la siguiente jugada, sabe que puede darle una ablandadita con una carga o un golpe cuando el de negro está distraído, con Vuoso no, el intenso rubio no da por perdido un balón, el defensor tiene que correr a todas y al máximo de su velocidad porque el 30 de Santos no da concesiones, y si le pegas atente a las consecuencias, cuando el árbitro pita el final del primer tiempo el defensa asignado a la marca de Matías respira hondo y agradece los 15 minutos de reposo físico y mental.
Vuoso puede jugar bien o mal, como todos los futbolistas, pero no todos los futbolistas salen cada juego a romperse el alma sin importar el minuto ni el marcador, no todos los futbolistas están dispuestos a lanzarse con la cabeza por delante a bloquear un despeje de la defensa ¡¡a ras de pasto!! El problema para un resentido Baloy fue la tortura de marcar a este necio, y es que no te puedes administrar, aquí no cabe aquello de inicia poco a poco para ver cómo te sientes de tu lesión, muy temprano en el partido Felipe tuvo que hacer un sprint bárbaro para llegar primero que José Vicente, el panameño se barrió con todo y terminó tronado.
A mis tres amigos y compañeros (que cuando se unen son unos méndigos de primer nivel) que hicieron sorna de la teoría de un servidor, les insisto, la peor pesadilla para un defensa es enfrentar a Vuoso. Lo peor que le pudo haber pasado al magnífico central rayado es sostener una pelea permanente con Matías no estando al 100 por ciento, diferente historia si marcas al “atole en las venas” Santana, o al “desorientado” de Gastón Fernández, delanteros finitos no aptos para la batalla a 40 grados de temperatura y desplegando una intensidad indeclinable fuera de toda razón. No me cabe duda, el principal responsable de la salida de Baloy fue el dos veces campeón de goleo de nuestro futbol.
Baloy y Matías ya se habían dado un tirito en el torneo regular, también en el Corona, se puede decir que la situación estaba pareja hasta que la balanza se inclinó a favor del naturalizado mexicano, que anotó un gol y fue factor en la victoria santista 2-0.
¿Que le han ganado duelos a Matías?, por supuesto que sí, pero habría que ver las condiciones en que termina el encargado de contener los continuos embates de este obsesivo jugador. Cuando el árbitro da por terminado un partido hay que sujetar al “Toro” entre varios y convencerlo de que deje de correr y luchar, “ya terminó torito, ya terminó, tranquilo, tranquilo”.
La mala noticia para los defensores cementeros es que a Vuoso ya se le metió la idea de ser campeón (de verlo jugar este torneo nació la idea de “Yo voy a ser campeón... ¿y tú?”). El hombre está determinado, y en este momento ya está rascando la arena para preparar la embestida final. Determinación es su sino, la zaga cementera tendrá que hacer dos partidos muy buenos para detener a la ofensiva número uno del país, comandada por ese magnífico loco llamado José Vicente Matías Vuoso.