CRUZ AZUL, ¿EN LA LONA?
Llama la atención la forma en que la gente de Cruz Azul ha tomado la derrota del pasado jueves en la final de ida del Clausura.
El vestidor azul al término del juego era un velorio, los rostros denotaban tristeza, y lo que es peor, resignación, vamos, parecía una convención de emos, ¡pero si sólo perdieron por un gol!
La Máquina ganando por un gol fuerza los tiempos extras, por uno, no por dos o por tres. Comprendemos que la forma en que perdieron su único juego en casa de este torneo, nada más y nada menos que en la mismísima final, sea descorazonadora. Arrancaron con todo, dominando todo el terreno de juego, aparecían por todos lados superando a la confundida zaga lagunera, crearon varias de gol y sólo metieron una. El uruguayo Nicolás Vigneri anotó el único gol que ha hecho con la camiseta cementera, y párale de contar, en el segundo tiempo Daniel ajustó y los Guerreros le dieron la vuelta para crear un sentimiento de tristeza y, sobre todo, de impotencia cuando Marco Rodríguez, de impecable actuación, pitó el final.
Sergio Markarián lejos de mandar un mensaje de esperanza a la feligresía azul, volvió a ese inexplicable estado de depresión y soltó de su ronco pecho una crítica a la directiva cementera por no haberle, por lo menos, propuesto una extensión de contrato, no se siente lo suficientemente valorado y puede que tenga razón, pero no era el momento de soltar su amargura, cuando lo que se necesitaba era dirigir un mensaje de optimismo a sus dirigidos y a los miles de seguidores de la Máquina.
Escuchaba también a Ciro Gómez Leyva, reconocido comunicólogo y ferviente seguidor azul, dando a conocer sus impresiones cuando abandonaba junto con otros miles de seguidores cruzazulinos el Estadio Azul.
Gómez Leyva platicaba de la sensación que captó entre los que caminaban a su lado y con los cuales intercambió algunos comentarios, hablaban de reconocer que el Cruz Azul ya había cumplido con su afición al llegar tan lejos, el reconocimiento de inferioridad ante un rival mucho mejor que el equipo de sus amores. ¡Diablos!, no me la creo, ¿habrá gato encerrado? Estamos de acuerdo de lo medieval y obscuro que suele ser el equipo de Cruz Azul y el espíritu derrotista que últimamente lo flagela, pero de eso ¿a soltar la toalla desde ahora?, cuando a lo que aspiran, que es ganar por un gol para volver a estar en igualdad de condiciones, no es precisamente exigirles una proeza de bíblicas magnitudes.
En fin, mañana veremos qué tanto les afectó la derrota en el DF, porque no sería la primera vez que los jugadores celestes se reponen de las lamentables declaraciones de su pastor y guía; don Sergio durante el torneo regular al menos en dos ocasiones despotricó contra todo y contra todos.
Lo mejor que puede hacer Santos es dar su mejor juego en casa en esta liguilla, recordemos que contra Necaxa y Monterrey en el Corona, como nunca el slogan de late más fuerte se justificó, los corazones verdes no latían, se bamboleaban dentro del pecho de los habitantes del territorio guerrero.
Santos ha empatado sus dos juegos en casa en esta liguilla, un resultado similar le dará su tercer título, pero como diría el delicado poeta juarense “pero qué necesidad, para qué tanto problema”, hay que descarrilar a esa Máquina temprano o de lo contrario quién sabe si los corazones verdes resistan otra violenta emoción como la del domingo pasado.
Yo estoy a punto de ser campeón... ¿y tú?
