NOS QUEDAMOS CHINITOS
Después de presenciar la ceremonia inaugural de los decimonovenos Juegos Olímpicos en Beijing, China, de inmediato se activó el plan “B” en Londres.
Lo que hicieron los chinos es sin duda la mejor inauguración de todos los tiempos, y a los ingleses les quedan sólo cuatro años para tratar de superarla. Seguramente los súbditos de Isabel II tenían un boceto o un principio de proyecto para su fiesta inaugural en 2012, al momento de que se les concedió la sede incluso tenían una idea de lo que les podía costar (libras más, libras menos) en estos momentos ya estarán considerando un notable aumento en el presupuesto para la fiesta inaugural.
“Bloody chinese”, estarán exclamando los londinenses. Cómo le van hacer para siquiera acercarse al nivel de fastuosidad y belleza que tuvo la apertura en Beijing. Normalmente era un suplicio soplarse las tres o cuatro horas de cualquier inauguración olímpica, lo de la mañana del viernes fue un placer. Perfecta combinación de tecnología y arte. Los británicos necesitarán la ayuda de James Bond y Harry Potter para no desmerecer y verse mal cuando inauguren sus juegos.
La idea de los chinos era abrumar con su alarde de recursos y lo lograron de manera sobrada, durante casi toda la fiesta nos quedamos literalmente “chinitos”. ¿Cómo rayos le hicieron para desplazar tal cantidad de gente en prácticamente un minuto? Superaron con creces a los espectáculos de medio tiempo de los Super Tazones. Hollywood muérete de envidia.
Los Juegos ya están en marcha y eso ya es otra cosa, ojalá los chinos lleven a la práctica todo lo que nos comunicaron con portentosas imágenes. Darle la bienvenida al que llega de allende el mar, tratarlo con amabilidad y cortesía, eso se da por descontado. El asunto será la tolerancia a fallas menores que seguramente periodistas y atletas cometerán como seres humanos que son.
Se dice que durante los Juegos las autoridades chinas tendrán un comportamiento muy diferente a cuando no tienen los ojos del mundo encima, cuando suelen ser autoritarias y represivas.
Está claro que la paciencia y el criterio de la policía china estará a prueba con el público y atletas occidentales, esperemos que la cordura siempre impere.
Recordemos a cuarenta años, México 68, a sólo diez días de los asesinatos en la Plaza de las Tres Culturas, se llevaron a cabo unas impecables e inolvidables Olimpiadas. Las autoridades mexicanas sometieron todo tipo de protestas y la gran mayoría del pueblo mexicano mostró una vergonzosa actitud al entregarse de lleno a los Juegos y olvidar los hechos de Tlatelolco cuando la sangre estaba todavía fresca.
Que las Olimpiadas de Beijing sean tan bellas e impresionantes como su inauguración, y ya estamos esperando lo que nos prepararon los hijos de Confucio para la fiesta de clausura.