UN LIGERO QUEMÓN
Como diría Capulina, “apa sustito que nos dieron mano”. El miércoles en el Azteca los hondureños confirmaron todos nuestros temores en cuanto a lo peleada que será esta fase previa al hexagonal final rumbo a Sudáfrica.
Gracias a la magia del toque de Pavel Pardo, México evitó perder puntos en casa, que sabemos de sobra en este tipo de competencias que dejar puntos de local es acercarse al abismo.
Parece increíble que todavía algunos no entiendan que hace tiempo se acabó la superioridad mexicana y que todos los partidos tendrán que pelearse a muerte. El del miércoles fue un claro ejemplo cuando se estuvo a 17 minutos de la catástrofe. Se perdía uno a cero cuando vino uno de los goles más impresionantes que se hayan marcado en la historia de las eliminatorias, vaya forma de empalmar la pelota del volante de contención del Stuttgart, un rayo laser que cegó a Valladares, era la única manera, sólo así, con un gol de esa magnitud, se pudo doblar el buen juego de los catrachos.
Juegan bien los hondureños, su técnico de origen colombiano, Reynaldo Rueda, ha trabajado con ellos un año y medio, su contraparte, el sueco Eriksson no llega ni siquiera al mes. Se habló de pánico escénico de parte de los centroamericanos, nada más falso, al menos seis de ellos juegan en ligas de grandes escenarios, imagínate si David Suazo, del Inter, se va achicar cuando ha experimentado lo que significa el clásico contra Milán, con un Guizzeppe Meazza a reventar y los tifosi en ebullición.
Por favor, ya no hagan caso a los tarados comentaristas que insisten en dar una superioridad inexistente a nuestra Selección, nos guste o no, somos una Selección más, que luchará al tú por tú contra sus iguales para ocupar uno de los dos lugares de su grupo para participar en el hexagonal que da tres lugares directos al Mundial, y por si fuera poco, el cuarto lugar jugará una reclasificación.
Por cierto, los hondureños vieron rota una racha que se quedó en once juegos seguidos sin perder.
El próximo rival será Jamaica que sacó un valioso empate en Canadá, los Reggae Boyz vinieron de atrás para igualar a un gol. Sábado nueve de septiembre en Kingston la cita. Los dirigidos por don Sven tendrán que entender a cabalidad que esto se juega “sucio”, sin miramientos, no hay lugar para el lujo ni el terciopelo, a vencer muriendo en el intento si es necesario. Como diría el gran espartano Leónidas “sin misericordia, que ellos no la tendrán con ustedes”.
