A PONERSE EL CASCO SEÑORES
Ha iniciado una temporada más de la NFL, el espectáculo deportivo más esperado y gustado en el Norte del Continente Americano. Como siempre los expertos en la materia hacen predicciones y como siempre al final de la temporada fallarán lamentablemente.
Equivocarse en los pronósticos no es nada nuevo, es parte fundamental del deporte, especialmente en el futbol americano profesional. Esta temporada en particular son pocos los equipos que lucen como seguros poseedores de records impresionantes en cuanto ha ganados y perdidos.
Aún a los Patriotas de Nueva Inglaterra, dirigidos por “Cerebro” Bill Belichick, no se les dan muchas posibilidades de ni siquiera acercarse a su fabulosa temporada 2007, cuando terminaron con marca perfecta de 16-0. A pesar de lo que les contestó Belichick a sus asistentes cuando le preguntaron: “¿Qué vamos hacer en el 2008 jefe? Y Bill contestó: “A conquistar el mundo”
En la Americana los lógicos favoritos son Nueva Inglaterra, Indianápolis y San Diego. Pueden tumbar a cualquiera de estos tres, dos equipos de la Sur: Jaguares y Titanes.
Lo que veo con legítimas preocupaciones es la dura batalla que sostendrán mis adorados Acereros de Pittsburgh en la ya muy competitiva División Norte. Cuervos, Bengalíes y los cada vez más cargados Cafés de Cleveland. Hay que recordar que los Steelers y Cleveland terminaron con el mismo récord de 10-6, sólo que los Acereros les ganaron los dos juegos entre sí para ganar la División y clasificar a los playoffs.
En la Nacional casi todo mundo ve como seguro ganador a los Vaqueros de Dallas, no se imaginan con qué deseo fervoroso espero que se equivoquen, es más, ojalá Dallas arranque con un bonito 0-7 la temporada y sea el primer equipo matemáticamente eliminado. Gigantes, Minnesota, Tampa Bay, Seattle y Green Bay son marcados como equipos que pueden destronar tanto a Nueva York como a los vaqueruchos.
Hay muchas cosas a destacar en el arranque de la temporada, unas referentes al juego y otras no tanto, como el locote del receptor abierto de Cincinnati, Chad Johnnson, que registró oficialmente su cambio de nombre, ya no será Johnnson el apellido que aparecerá en la espalda de su uniforme sino “ocho cinco”, lo que según él es su número, como buen gringo, a él le vale que la traducción correcta sea ochenta y cinco, es como decir, con el número uno cero Daniel Ludueña, con el uno uno Cristian Benítez, en fin cada loco y su rollo.
El que encontró un triste final para su carrera fue el mariscal de campo Daunte Culpepper, al no encontrar trabajo ni siquiera como quarterback suplente, tuvo que retirarse a los 31 años. Él fue la primera selección colegial de los Vikingos en 1999 y la once en general. Jugó para tres equipos, Vikingos, Delfines y Raiders.
Claro que sus mejores años fueron en Minnesota, cuando llegó a formar una de las parejas más temibles con su receptor Randy Moss. Durante su carrera completó 1,867 pases para 22,422 yardas y 142 anotaciones. Su mejor año fue el de 2004, pasó para 4,717 yardas y 39 touchdowns, se destrozó la rodilla la siguiente temporada y jamás volvió a ser el mismo. Daunte fue tres veces al Tazón de los Profesionales.
En La Laguna los equipos más seguidos, según el último conteo que se realizó (no me pregunten por quién), son: Acereros en primer lugar (cada vez haciendo más grande la brecha entre los demás) Vaqueros, Raiders, Broncos, Cuarenta y nueves, Cargadores y los que cada día pierden mayor credibilidad que nuestros diputados, los Delfines de Miami.
Que el ovoide cobre vida y venga otra temporada de la magnífica NFL.