Generalmente cuando una mascota se nos va, ya sea por enfermedad o en el caso que se perdiera accidentalmente, el vacío que sentimos es muy grande, máxime si este animalito llevaba muchos años conviviendo con nosotros.
Saco esta colación, porque el otro día pensaba, qué sentirán los perros cuando la historia es al revés, es decir cuando por desgracia fallece su amo. Estoy seguro de que también ellos sienten ese vacío al desprenderse del enorme cariño y cuidados de su amo que ya se fue.
Esto le pasó a un perro cruza de poodle, de regular tamaño, que andaba, aparentemente perdido vagando por la calle, y para su suerte se cruzó en el camino de una persona amante de la naturaleza, las personas y los animales, como lo es la Sra. Nena Torres de Cepeda, quien de inmediato lo rescató, lo aseó y lo alimentó, y lo puso bajo resguardo de su papá por “unos días” mientras buscaba en los periódicos y en las calles por donde se encontró al perrito para ver si lograba encontrar al dueño original.
El papá de la Nena, don Salvador Torres Pérez, no era muy afecto a los perros, pero al paso de los días, tanto don Salvador como el poodle, se fueron hallando el modo, y ya después don Salvador le decía a su hija Nena, “si no aparece el dueño yo me quedo con el perro”, a quien puso el nombre de Otelo, nombre que le vino como anillo al dedo, pues a partir de ese momento, el Otelo adoptó a don Salvador, a quien acompañaba, y cuidaba celosamente.
Para suerte de los dos, el dueño nunca apareció y los pocos días que se iba a quedar se convirtieron en semanas, después en meses y los meses en años, y pude confirmar una vez más que los perros, muchas veces adoptan la personalidad del amo, es decir lo imitan, hasta casi parecerse a él.
El Otelo se sentaba, junto a don Salvador a ver la televisión, a leer, o simplemente, lo acompañaba a meditar, eso sí al igual que el amo muy serio, muy propio, siempre erguido ya sea, que estuviera sentado o no.
También le gustaba que le demostraran cariño y afecto pero que no lo tocaran mucho, sólo se dejaba acariciar por las personas más allegadas a él, y que él sentía que lo querían.
Pero como nada es eterno en la vida esta amistad a ultranza, llegó a su fin, pero en esta ocasión el que partió primero de esta vida fue don Salvador.
El Otelo todavía no se resigna, busca por toda la casa, y especialmente en su recámara a don Salvador, se sienta y lo espera en los mismos lugares de siempre, huele sus pertenencias, tratando de que su recuerdo siga vivo en él.
Yo no sé la manera exacta que los perros piensan o entienden las cosas. Pero creo que el Otelo a su modo se despide de don Salvador, agradeciéndole que lo adoptara y le brindara su amistad y protección.
También creo que si el Otelo, hubiera podido escoger, habría decidido irse primero de esta vida que su amo don Salvador Torres Pérez.
Y ahora para terminar una gota de filosofía.
Dios no cumple caprichos, ni endereza jorobados.
ADÓPTANOS
La Peque y el Grande, buscamos un hogar donde nos quieran, nos cuiden, y nos protejan, a cambio ofrecemos gran compañía y lealtad. Anímate a adoptarnos, no te arrepentirás.
La Peque: Hembra (izquierda), aprox. seis meses, vacunada y esterilizada, seré de tamaño pequeño a mediano, soy muy noble y agradecida.
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Esteriliza a tu mascota, no olvides llevar al día el esquema de vacunación de tu mascota. Identifícala con una placa que contenga información básica en caso de extravío, no permitas que se convierta en una estadística más de muerte en la calle. Si por alguna razón tienes una mascota no deseada no la abandones en la calle, no la condenes a muerte si ésta no logra encontrar un lugar seguro donde no la agredan, donde pueda protegerse del calor, y donde pueda encontrar agua y alimento. Demos el ejemplo a nuestros hijos, tomemos decisiones responsables.
