India y Vietnam ya han restringido sus ventas externas de arroz y en Estados Unidos, el racionamiento anunciado la semana pasada resultará en un aumento de hasta 40 por ciento en el precio del producto vendido en la Unión Europea. (AP)
Los europeos temen que la creciente escasez de alimentos en los países en vías de desarrollo les lleve a adoptar políticas proteccionistas para garantizar su abastecimiento interno.
Por primera vez en décadas Europa vuelve a temer el fantasma del hambre, pues la actual crisis alimentaria provocada por el aumento de precios ya tocó las puertas de la Unión Europea (UE) y no hay expectativas de que dé media vuelta.
“La era de la comida barata se acabó. No veremos los precios de los alimentos volver a niveles anteriores”, afirmó el comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, Louis Michel, quien dejó claro que el problema ya no es sólo de los países en vías de desarrollo.
En forma global el alza de los alimentos suma 83 por ciento en los últimos tres años, según el Banco Mundial (BM), mientras en la UE la oficina estadística comunitaria Eurostat indica que el aumento ha sido de 6.2 por ciento sólo en marzo, respecto al mismo mes de 2006.
Los europeos temen que la creciente escasez en los países en vías de desarrollo -los mayores exportadores de alimento para una Europa dependiente de los productos extranjeros- les lleve a adoptar políticas proteccionistas para garantizar su abastecimiento interno.
India y Vietnam ya han restringido sus ventas externas de arroz y, en Estados Unidos, el racionamiento anunciado la semana pasada resultará en un aumento de hasta 40 por ciento en el precio del producto vendido en la UE, según la patronal de los importadores europeos.
“No solucionaremos el problema de la escasez de alimentos creando más escasez. La última cosa que deberíamos contemplar es la imposición de nuevas barreras comerciales”, sostiene el comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson.
BUSCAN ‘CULPABLES’
Pero antes de encontrar una fórmula para contener la crisis, las autoridades europeas buscan un culpable, con los biocombustibles liderando todos los debates desde que los 27 decidieron incrementar la participación de esos carburantes en 10 por ciento de cara a 2020.
Sus críticos sostienen que un aumento en la demanda por los combustibles biológicos está haciendo que las tierras disponibles dejen de ser utilizadas para cultivar alimentos.
Sin embargo, la Comisión Europea (CE), a pesar de una serie de estudios llenos de críticas, se mantiene firme en su objetivo.
Para la comisaria de Agricultura, Mariann Fischer Boel, los biocombustibles “no pueden ser la causa de esa escalada de precios”, ya que apenas 100 millones del total de dos mil 100 millones de toneladas de granos producidos en el mundo son transformados en biocombustibles.
“Eso no es capaz de disparar los precios”, asegura.
“Los biocombustibles se tornaron un ‘chivo expiatorio’ para el reciente aumento en los precios de los alimentos básicos, que en verdad tiene otras causas”, insiste el comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs.
POLÍTICA AGRARIA
Para algunos especialistas y parlamentarios, los europeos están pagando el precio de su propia política agraria, hasta ahora basada en un intenso proteccionismo construido con gordos subsidios a las exportaciones y altos aranceles de importación que distorsionan los precios en el mercado internacional.
“Somos la potencia que más productos agrarios importa para alimentos y piensos de países que viven bajo la pobreza, para luego venderlos a otros países acabando así con sus economías de subsistencia”, critica el diputado Friedrich-Wilhelm Graefe zu Baringdorf, vicepresidente del comité de Agricultura del Parlamento Europeo.
Bruselas es consciente de ello y ya dio los primeros pasos para adaptar su política a la nueva realidad.
Suspendió hasta el próximo 30 de junio los aranceles sobre importaciones de cereales y permitió el uso de las tierras en barbecho, un 10 por ciento de las tierras cultivables que debían ser mantenidas inutilizadas para controlar los precios del mercado.
Los subsidios también pueden sufrir cambios el próximo 20 de mayo, cuando la política agraria común de la UE (PAC) pasa por su revisión más importante desde 2003.
Antes, el próximo 14 de mayo, el Ejecutivo comunitario tiene previsto presentar un plan de acción para promover la producción y el consumo sostenibles, con medidas destinadas a reducir el desperdicio de recursos, en un intento de mejorar la gestión de sus recursos naturales.