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La crisis económica afectará la preferencia electoral del PAN en 2009

Jesús Cantú

Si bien la recesión norteamericana no parece tan profunda como vaticinaban los expertos, la evidente desaceleración, complementada con las presiones inflacionarias de los productos alimenticios y las repercusiones negativas del alza en los precios de los hidrocarburos, complican el panorama económico para México y seguramente impactará el resultado electoral del próximo año.

La situación se complica, todavía más, para el presidente Felipe Calderón y su partido porque sus principales proyectos (entre los que, desde luego, destaca el combate a la inseguridad y el narcotráfico) tampoco rinden los frutos esperados ni en los resultados tangibles ni en las percepciones de la población.

En el ámbito económico, en el primer mes del año, el 30 de enero de 2008, Agustín Carstens, titular de Hacienda, tuvo que ajustar las expectativas de crecimiento del Producto Interno Bruto durante 2008 a únicamente 2.8%, cuando a finales del año pasado se pronosticaba casi un punto porcentual más, es decir, 3.7%. El Fondo Monetario Internacional pronosticó en marzo pasado un crecimiento de sólo 2%.

En lo que respecta a la inflación, Hacienda todavía sostiene que el incremento en el año será inferior a 3.7%, sin embargo, el Banco de México sitúa su pronóstico entre 3.75% y 4.25% y la población resiente día a día el incremento en los productos de la canasta básica y algunos de los servicios del sector público.

Ante esto el presidente Felipe Calderón anunció, el pasado domingo, un plan para atenuar el impacto de la situación internacional, que contempla medidas para garantizar el abasto de los productos alimenticios, promover la producción agrícola y respaldar el ingreso de las familias más pobres del país.

Pero las peores noticias giran en torno al petróleo, pues los excedentes petroleros habían sido la tabla de salvación de los gobiernos panistas; pero, de acuerdo a las declaraciones de Carstens el pasado viernes 23 de mayo, esto ya se terminó, pues la caída en la producción petrolera y el incremento en el volumen y el precio de las gasolinas refinadas que importa México se tradujeron en un déficit y no en un excedente petrolero.

Estas complicaciones en el manejo económico ya impactan las percepciones ciudadanas, pues de acuerdo a una encuesta levantada por María de las Heras y publicada el pasado lunes en el periódico Milenio, cuatro de cada 10 mexicanos sienten que su situación económica en 2008 es peor que la de 2007 y casi otros dos (18%) considera que es igual. Lo cual concuerda con el reporte de Consulta Mitofsky, en su encuesta de abril de este año, donde únicamente el 29% considera que su situación económica es mejor que el año pasado.

De las Heras indica que en las cuestiones que tienen que ver con el poder adquisitivo de las familias, la generación de empleos y el combate a la pobreza, el 75% de los encuestados opina que el presidente Calderón no ha logrado mejorar en nada su situación en los 18 meses de Gobierno.

En una serie anual de Consulta Mitofsky, los problemas relacionados con la situación económica y la inseguridad son considerados consistentemente, durante los últimos tres años, como los principales problemas del país. En febrero de 2008, el 54% de la población considera que el principal problema del país es la crisis económica, el desempleo, la pobreza o los bajos salarios, contra el 53% que lo hacía en febrero de 2005.

En los temas de inseguridad es interesante que en 2006, cuando era más perceptible la parálisis del Gobierno Federal en su lucha contra la inseguridad, se alcanza el porcentaje más alto con el 34.5%, y en 2007, es decir, cuando empieza a difundirse la campaña del actual Gobierno en contra del crimen organizado, el nivel más bajo con el 26.5%; pero en sólo un año repuntó al 30.2.

Esta percepción impacta de inmediato las preferencias electorales, pues otra serie de Consulta Mitofsky, muestra que en marzo de 2007, el PAN tenía el 33% de las preferencias electorales contre el 22% del PRI y el 15% del PRD; pero para febrero de este año, el blanquiazul se situaba en el 25%; el tricolor, subió a 27%; y los amarillos, se quedaron en 15%.

Así, salvo un golpe espectacular en los próximos meses o un giro de 180 grados en la situación económica, el partido blanquiazul debe empezar a resignarse a perder posiciones en la Cámara de Diputados, en las elecciones de medio término, tal como sucedió hace seis años.

Pero en esta ocasión habrá que introducir un factor adicional: las nuevas reglas electorales, pues eso implica, entre otras cosas, la suspensión de las campañas gubernamentales durante sesenta días antes de la jornada electoral, así como las nuevas limitaciones en las campañas mediáticas, que seguramente se traducirán en el fortalecimiento de las campañas de tierra, que implican la movilización directa de los votantes, en lo que el PAN no ha sido tradicionalmente muy fuerte.

Por otra parte, hay que señalar que como muestran las encuestas de preferencia electoral, la otra fuerza política que podría aprovechar los tropiezos de las políticas públicas, el PRD, no parece capitalizarlo y, al contrario, es muy probable que debido a sus conflictos internos también retroceda.

Así no es aventurado pronosticar un repunte del PRI y un declive del PAN, aunque todavía es prematuro aventurar porcentajes, especialmente porque las elecciones estatales concurrentes, particularmente donde hay cambio de gobernador, también impactarán los resultados.

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