La CTM considera que es muy complicado cambiar de unidades en el transporte público, pues cada vehículo cuesta cerca de un millón de pesos.
El Siglo de Durango
Desde 1994 no hay una renovación integral del parque vehicular del transporte público y la CTM considera casi imposible que esto suceda en el 2008.
El dirigente choferil de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Javier Covarrubias Vázquez, expresó que el 28 de febrero se cumplirá el plazo para conocer con exactitud los impactos económicos que implicó la entrada en vigor del descuento a personas con discapacidad y adultos mayores.
Y a partir de ese instante, anuncia, ya se tendrá que discutir el nuevo ajuste a las tarifas del transporte público puesto que los concesionarios ameritan esta modificación ante las complicadas finanzas por las que atraviesan.
RENOVACIÓN
Conforme lo expresa el entrevistado, se requiere contar con mecanismos financieros apropiados para cambiar las unidades del transporte.
Explica que se reestructuran los vehículos para brindar un buen servicio a los ciudadanos pero no se puede absorber el gasto que implica comprar una nueva unidad, cuyo precio al contado oscila en los 900 mil pesos, cifra que aumenta si se adquiere a crédito debido a los intereses.
“En este año no podemos renovar las unidades. Nosotros somos transportistas y es el único ingreso que tenemos. Hay compañeros que sí han hecho el esfuerzo de cambiar las unidades y de acuerdo a su capacidad económica”, completa.
Del padrón de microbuses de la CTM, aproximadamente un 30 por ciento amerita cambiarse, según lo declara el dirigente choferil.
INCREMENTO
Covarrubias Vázquez reconoce que para los usuarios es duro un nuevo reajuste en las tarifas del transporte público ante el panorama económico del inicio de año.
“El plazo era hasta el 28 de febrero, en el cual se dijo que se haría la encuesta necesaria para ver las consecuencias del contexto financiero, como las consecuencias del gasolinazo. Tiene que haber (incremento en las tarifas) porque no podemos soportar un ritmo de trabajo con un ingreso tan bajo”, manifiesta.
“Ese famoso 4 por ciento que autorizó la Comisión Nacional de Salarios Mínimos a nosotros nos lesiona. No podemos elevar las tarifas porque los trabajadores no tienen la capacidad para pagar y esto es un problema político y social”, cavila.