Aunque la vitamina E tiene muchos beneficios, es importante saber en qué casos es útil y en cuáles no es tan necesaria. (Archivo)
EL UNIVERSAL
MÉXICO, DF.- En los últimos años la vitamina E ha estado en boca de todos, tanto que consumirla parece una moda, pero la verdad es que no sirve para remediar todos los males. Lo cierto es que investigadores médicos creen que ayuda en la prevención de enfermedades degenerativas entre los que se cuentan cáncer, artritis, arterosclerosis y Alzheimer.
Se trata de un elemento de alto valor saludable y por ello la Organización Mundial de la Salud recomienda el consumo de 30 miligramos diarios de vitamina E, que puede adquirirse comiendo semillas oleaginosas -de las que se obtienen los aceites comestibles-, verduras de hoja verde oscuro, pistaches, germen de trigo, entre otras cosas.
Según especialistas en nutrición una dieta alta en grasas y los alimentos con alta concentración de conservadores son detonadores de la liberación de radicales, agentes antioxidantes que dañan al ser humano. Y consideran que la vitamina E es un escudo natural, pues no es tóxica, se desecha con la orina. Un apunte médico indica que quienes ingieren hierro por prescripción de un doctor, no deben tomar la vitamina, pues es destruida por el mineral. Señalan que debido a que es liposoluble, es decir, que se disuelve en grasa, la vitamina E crea una doble capa, protege los lípidos de las membranas celulares y evita que se oxiden, lo que no consiguen las vitaminas C y la A.
Oxidación letal
De acuerdo con diversos estudios, algunos males degenerativos tienen como origen el fenómeno natural de oxidación, que es producido en las células del cuerpo humano por sustancias tóxicas conocidas como radicales libres.
Todo se debe a un proceso inevitable: el oxígeno, parte importante en la vida de los humanos, puede ser altamente nocivo, ya que su molécula tiene electrones no “apareados”, que tienden a formar enlaces con los átomos que los rodean, dejando radicales libres e iniciando la oxidación.
Los dermatólogos ligan la oxidación con el proceso de envejecimiento de la piel y lo mismo hacen otros especialistas, cuando mencionan el efecto dañino de los radicales sobre ciertas partes del cuerpo.
Señalan que el organismo tiene métodos de defensa para reducir los efectos negativos del oxígeno, como las enzimas; pero existen otras fuentes oxidantes, como conservadores, colorantes y saborizantes artificiales, así como el tabaco, el ozono y el óxido nítrico.
Los rayos ultravioleta (UVB) generan energía que rompe la molécula de ozono, lo cual libera radicales; la inflamación, el alcohol, al ser procesado por el hígado genera una serie de reacciones negativas. El estrés también tiene efectos oxidantes en el organismo.
Ola de males
En la lista de efectos nocivos ligados a la oxidación se menciona al cáncer, pero la vitamina
E es un buen aliado para retrasarla.
- Según estudios médicos, 90% de los cánceres se debe a factores ambientales, y 50% de las muertes son causadas por neoplasias relacionadas con la alimentación.
- Los antioxidantes como la vitamina E y C reducen los embates de los radicales libres
sobre el ADN y protegen ante las mutaciones que desencadenan tumores.
- La arterosclerosis es una enfermedad cuyo desarrollo tiene que ver con la oxidación, pues los radicales libres afectan al LDL o colesterol “malo”, elevando su presencia
en el proceso arteriosclerótico y la formación de placas que lesionan la arteria. Se sabe que la vitamina E protege a las arterias de la acción oxidativa.
- Una más en la lista: La artritis, padecimiento del sistema inmunológico, es atendida en ciertos casos con vitamina E, para eliminar radicales libres y reducir la inflamación.
- Hay la creencia de que el Alzheimer, enfermedad degenerativa del sistema neurológico, se debe al daño ocasionado por los radicales libres, por lo que el consumo de la
vitamina E puede ser capaz de retrasar sus efectos devastadores en la memoria.