EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

La economía del autoservicio

LAS LAGUNERAS OPINAN...

MUSSY UROW

La economía del autoservicio no se refiere exclusivamente a la de los supermercados, aunque es muy probable que el término venga desde que se empezó a popularizar ese tipo de establecimientos.

Durante un reciente viaje de visita a familiares en el estado de Carolina del Norte, leí en un diario local (Charlotte Observer, Julio 18 de 2008) un editorial en el que se criticaba la economía del “hazlo tú mismo”. En el vecino país del norte, la cultura de hacerlo-tú-mismo está bien establecida: la gente arma sus propios clóset, instala sus pisos y alfombras, pinta su casa, hace su jardín, etc. Es una costumbre que asociamos con los norteamericanos y que poco a poco, gracias a establecimientos comerciales transnacionales, donde hasta enseñan al consumidor cómo “hacerlo-tú-mismo”, empieza a incorporarse en la sociedad mexicana. No tiene nada de malo y hasta es motivo de orgullo presumir “Mira qué bien me quedó el nuevo librero que armé yo solo”.

Pero una cosa es la cultura del autoservicio y otra muy diferente la economía. En el editorial mencionado, la periodista Ellen Goodman (editora asociada del Boston Globe) se refiere a ciertas prácticas de la economía de hacerlo uno mismo que ya son rutinarias, independientemente del género del consumidor, como es la de llenar el tanque de gasolina del coche, tan común en aquel país que “la imagen de una persona lavándote el parabrisas se ha perdido en las neblinas de la nostalgia”. Lo mismo ocurre a la hora de planear un viaje: se espera que cada quien elabore su itinerario, imprima sus pases de abordar y haga todo en el aeropuerto; o la de resolver problemas técnicos con la computadora a través de una línea telefónica, realizar sus propias declaraciones fiscales, etc. Pero resulta que cada vez más, se les está dando a los norteamericanos la “libertad” de que hagan sus propios planes de pensión, que analicen y decidan cuál póliza de gastos médicos les conviene, sin el apoyo de especialistas. Goodman se burla un poco y exagera mencionando que espera que un anuncio que vio en Internet en el que ofrecían a la venta un “kit” para hacerse una cirugía de ojos personalmente, fuera una broma. Debido a los altos costos de hospitalización, allá se han popularizado los tratamientos externos al paciente, y ciertamente se venden “kits” para automedirse la presión y hacerse ciertos tipos de autoexamen.

La razón de esto –dice Goodman- no es la globalización, sino la privatización, si se considera cuántas tareas mayores son ahora asuntos personales. Un economista importante le asegura que muchos norteamericanos aceptan rápidamente tener menos servicios a cambio de pagar menos. Pero en esta economía del auto-servicio en la que se espera que “el consumidor interactúe con la tecnología y apoye el rescate laboral”, lo que en realidad está ocurriendo es una transferencia tecnológica del trabajo: es decir, no se rescata el oficio de un trabajador, sino que se le transfiere al consumidor. La “chamba” ha salido del sector donde hay que pagarla, donde el que realiza un trabajo tiene la necia costumbre de esperar una remuneración y se ha transferido al sector donde no hay que pagar por el servicio, o sea, a los consumidores, quienes en la mayoría de los casos no tienen mucho conocimiento del tema.

Dice Goodman que a ella le encantaría encontrar a un economista que le explique el costo humano del “bajo costo”.

Esta exposición resulta bastante compleja y obviamente, dentro de la sociedad norteamericana, existe un buen sector que sí paga el costo de los servicios porque tiene los medios económicos para hacerlo. Pero para el grueso de la población, no es que sea preferible economizar, sino que han tenido que adoptar y aceptar esta nueva forma porque no les queda de otra. Dice Goodman que durante este año electoral, muchos norteamericanos se quejan de que las fuentes de trabajo se están yendo a países donde la mano de obra es más barata, pero que hasta ahora, nadie se ha quejado de que al consumidor se le esté transfiriendo trabajo que no tenía, aún cuando esto signifique un ahorro.

¡Qué preocupaciones tan diferentes!

Aquí, en nuestro querido México, no sólo no logramos economizar nada sino que pagamos muchísimo más caro por todos los servicios: teléfono, gasolina, electricidad, transporte. Allá -por lo menos en Carolina del Norte- el transporte público es gratuito, es un servicio del condado. (Y además, los camiones son todos grandes, limpios y modernos). El costo de llamar por teléfono (incluyendo celulares) es bajísimo, no solamente a nivel nacional sino internacional. La gente acepta las disposiciones municipales, como separar la basura y sacarla en forma apropiada el día en que pasa el recolector. El agua para regar los jardines y árboles está regulada: las casas con número par pueden regar tal día; las de número non, tal otro. A cambio, las ciudades están limpias, con árboles enormes y bien cuidados. No hay anuncios espectaculares que tapen la vista de los árboles: solamente pueden ponerse anuncios del tamaño de una página de periódico, clavados en el pasto de una esquina. Todo esto es posible, porque por lo menos, buena parte de los impuestos que pagan los ciudadanos se gasta en ofrecerles a cambio buenos servicios.

Es cierto, vivir en Estados Unidos conlleva sacrificios, casi todo lo tiene que hacer uno mismo, además de trabajar para obtener un ingreso. Pero si los cientos de miles de inmigrantes, no sólo de México sino de todo el mundo, que abandonan familias y terruños para tener mejores oportunidades, se adaptan y adoptan todas estas costumbres sin chistar, uno se pregunta si en las mismas circunstancias lo harían en sus países de origen. Cada vez más parejas de jóvenes mexicanos tienen que trabajar fuera de casa para sumar ingresos y por lo mismo, dividir tareas en el hogar, pero este esfuerzo aún no representa un ahorro económico importante; si mucho, alcanza para “ir jalando” como dicen. Y la parte que le corresponde al Gobierno, aún deja mucho qué desear.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 367420

elsiglo.mx