La Entrevista / Su profesión: peligro, su misión: salvar vidas
“O nos arriesgamos, con peligro de morir calcinados, o nos quedamos con la esperanza de salvar miles de vidas”, fue la frase que circulaba por la mente del comandante Paredes y sus compañeros del Escuadrón de Bomberos aquel 28 de marzo cuando en la entrada a la ciudad por la autopista Durango-Gómez Palacio se accidentó una pipa de gas de doble remolque produciéndose una fuga que originó se incendiara con el peligro de que explotara y terminara con la vida de miles de personas que habitan en los fraccionamientos del nororiente de la capital.
¿Cómo nace la inquietud de servir a la gente?
Desde niño siempre me vi atraído por la ilusión de pertenecer a una corporación como ésta, por lo que a la edad de 14 años entré como voluntario y a los 17 recibí mi constancia para pertenecer a la dependencia, iniciando como raso, para posteriormente llegar a ser comandante, pasando por paramédico, teniente y capitán, pero siempre recordando el momento en que recibí el uniforme que me distinguía como un bombero.
¿Ha sufrido algún percance realizando tu trabajo?
He tenido diversas experiencias buenas y malas, pues a los 14 años, cuando era voluntario, sufrí un accidente en la carretera a Mazatlán al momento en que nos dirigíamos a brindar un auxilio; la unidad se quedó sin frenos y se volcó, ahí sufrí varias lesiones.
¿Qué satisfacción le deja su labor?
Son muchas situaciones en que hemos podido dar alegría a las personas, recuerdo una ocasión en que me tocó bajar 40 metros en una noria para rescatar a una persona que se había caído, donde había alacranes, arañas y roedores, era un espacio reducido y con riesgo de que se derrumbara, sin embargo, logramos rescatar a la persona con vida.
También un incendio en el que rescatamos a una señora y tres niñas de una casa-habitación en la colonia Emiliano Zapata, donde gran parte de la vivienda ya estaba consumida por el fuego y al llegar al cuarto donde se encontraban las personas en ese momento estaban rezando por que era difícil el rescate, sin embargo llegamos a tiempo y las sacamos sin lesión laguna.
¿Ha tenido miedo?
Claro que sí y en muchas ocasiones, en ocasiones pongo en una balanza el peligro que conlleva participar en un siniestro y pensar en mis familiares; sin embargo, casi siempre me gana la vocación de servicio, pues considero que mi misión es ayudar a alguien que en esos momentos está desvalido, y sé que al ayudar a la demás gente Dios me ayuda a mí y a mi familia.
¿Ya se acostumbró al peligro?
Al pasar muchos años en esta actividad uno se va acostumbrando a las situaciones de riesgo, aunque reconozco que no es nada fácil el trabajo, pero es algo que llena el alma cada vez que salvamos a una persona o le rescatamos su patrimonio; es bonito poder dar satisfacción a alguien.
Finalmente, ¿cómo fue la experiencia cuando estuvo a punto de explotar una pipa a finales de marzo?
Cuando llegué, yo como comandante valoré la situación e hice un ajuste en el acomodo de vehículos pues la fuga que tenía el tanque era de grandes magnitudes y se estaba calentando demasiado. De acuerdo a los cursos a los que hemos asistido, en esas circunstancias lo mejor era dejar las mangueras fijas para ver si se podían enfriar los tanques y habernos retirado del lugar para no arriesgar nuestras vidas, sin embargo, tanto yo como mis compañeros nos motivamos y dijimos “ó nos arriesgamos, con peligro de morir calcinados, o nos quedamos con la esperanza de salvar miles de vida”.
Si nos hubiéramos ido probablemente hubieran explotado los tanques y con esto provocarían que las empresas gaseras y gasolineras aledañas estallaran dejando sin vida a miles de personas de los fraccionamientos de Villas del Guadiana, Fidel Velázquez, Ciudad Industrial y todo ese sector.
Ejemplo a seguir
Cerca de 20 años en el oficio de salvar vidas.
Nombre: Gustavo Paredes Moreno
Edad: 36 años
Cargo actual: Comandante de Servicios Operativos de Protección Civil
Tiempo en ese puesto: 7 años
Fecha de ingreso como voluntario: 1986
Fecha de inicio como bombero: 1989
Familia: Es hijo de Pablo Paredes y Carlota Moreno; hermano de Juan Pablo, Guadalupe, Ana Elia y
Hugo Alejandro; esposo de Yuriria Rivas y padre de Bryan Gustavo