La alegría se desbordó por las calles de Lerdo, Gómez Palacio y Torreón, al paso de el autobús del Santos Laguna campeón. Miles de aficionados hicieron todo lo posible para demostrar su apoyo y su agradecimiento a sus Guerreros.(Fotografía de Ramón Sotomayor Covarrubias)
Un festejo que vivirá en el recuerdo de jugadores y sus fieles seguidores.
El “Desfile de la Victoria” simplemente quedó enmarcada en la historia de La Laguna, donde los aficionados vitorearon a sus héroes, los Guerreros, que el domingo pasado se proclamaron campeones del futbol mexicano por tercera ocasión en su corta vida en el máximo circuito.
Fue un festejo que vivirá en el recuerdo de jugadores y de los 360 mil fieles seguidores, quienes ayer salieron a las principales avenidas de Ciudad Lerdo, Gómez Palacio y Torreón, para celebrar la tercera estrella en los 25 años de existencia del club.
La cita para comenzar el desfile era a las cuatro de la tarde en el Monumento al Avión de Francisco Sarabia en la Ciudad Jardín, pero inició una hora después ante los residentes lerdenses que colmaron el lugar desde temprana hora, en medio de porras, gritos y vivas.
Se había mencionado que tendría una duración de dos horas, pero se extendió hasta pasadas las nueve de la noche, es decir, el aguante tuvo cuatro horas. Los medios no tuvieron acceso a ningún vehículo, y si no es por una patrulla de la Dirección de Seguridad Pública Municipal de Torreón no hubieran podido realizar su trabajo, aunque pocos fueron los afortunados.
La temperatura a la sombra se situaba en los 39 grados centígrados, pero a la intemperie y bajo los rayos del sol llegaba hasta los 46 grados, lo cual no importó a nadie de los espectadores, que bajo árboles, parabuses y puentes peatonales se resguardaban del astro rey.
Con ropa ligera, tanto los futbolistas como directiva y cuerpo técnico, aparecieron en un camión descubierto de doble piso, el cual estaba tapizado por una lona con las fotografías completas de cada uno de los flamantes monarcas del futbol azteca.
Los grandes ausentes fueron los argentinos Daniel Ludueña y Walter Jiménez, así como el mediocampista Juan Pablo Rodríguez, quienes abandonaron la región debido a compromisos pactados con anterioridad.
El capitán y portero santista Oswaldo Sánchez, así como Fernando Arce, sí estuvieron presentes en el festejo, a pesar de que la Selección Nacional ya viajó a San Diego, California, donde mañana enfrentarán al representativo de Argentina. Ambos santistas se unirán al Tricolor este día en la costa oeste de los Estados Unidos.
Detrás de los santistas, en un trailer especial aparecieron las Guerreritas, quienes acompañadas por los representantes de los diferentes patrocinadores del club regalaron playeras, vasos de plástico y cachuchas, entre otros souvenirs.
La última parte del convoy fue para las diferentes porras de los albiverdes, quienes a través de un camión desfilaron con banderas, espumas y serpentinas, alentando a todo mundo y coreando los tradicionales cánticos.
En Gómez Palacio, sobre el boulevard Miguel Alemán, la gran respuesta de la gente fue la misma, y debido al sofocante calor, Matías Vuoso se desprendió de su playera para bailar su nuevo himno “El Oso Polar”, el cual caracterizó en repetidas ocasiones.
El “Mati” no fue el único que se la quitó, sino que su compañero en la delantera Christian Benítez y el “Homie” Édgar Castillo, también lo hicieron y disfrutaron de lo lindo la celebración junto a su presidente Alejandro Irarragorri, que se le notaba a leguas la alegría por el momento que pasaba.
Para hidratarse, la comitiva dispuso de cerveza en lata, agua y algunos refrescos, donde la cebada fue regada entre los aficionados que seguían de cerca todas las incidencias; y en Torreón se realizó una pausa debido a que los agentes de Vialidad retrasaron su llegada.
Todo el boulevard Independencia se pintó de verde y blanco, el tráfico prácticamente se paralizó; centenares de familias y el alcalde de Torreón, José Ángel Pérez, los aguardaban en el estacionamiento de Hipermart Independencia para recibirlos como héroes e ídolos.
Después de pasar por la confluencia de Cuatro Caminos, el camión salió rápidamente hacia el oriente para dirigirse al Centro de Alto Rendimiento Santa Rita, donde de nueva cuenta, en la intimidad, siguieron el merecido festejo.
