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‘La guerra del centavo’, una carrera de todos los días

Los camiones de ruta compiten todos os días por el pasaje, sin importarles el riesgo que implica para los pasajeros.

Los camiones de ruta compiten todos os días por el pasaje, sin importarles el riesgo que implica para los pasajeros.

Yohan Uribe Jiménez

No es Indianápolis, Interlagos ni Silverstone, acá los vehículos no portan letreros que digan, “Ferrari, Williams, o McLaren”, las escuderías están visiblemente marcadas, pero por las rutas, Valle Oriente-Cereso, Dalias-Directo, Matamoros-Torreón, Dorada o Rutas Panteón, sin embargo, si en algo coinciden, la Fórmula Uno y el diario recorrer de los camiones laguneros que transitan por el bulevar Revolución, es que en ambos el vértigo de la velocidad está presente, aunque en una sea por deporte y en la otra por la “guerra del centavo”.

Es la una de la tarde y abordamos un camión de la ruta Torreón-Matamoros a la altura de la calle Acuña y bulevar Revolución, más que un paradero donde los usuarios puedan descender y abordar de manera prudente el transporte que los llevará a sus destinos, esta esquina determinada para la parada de los camiones, igual que en la Fórmula Uno parece la zona de Pits, donde los pilotos tienen que llegar, cargar combustible y salir a la mayor velocidad posible.

El conductor del camión que abordamos realiza la maniobra a la perfección, en unos 22 segundos se subieron unas 14 personas, entre estudiantes, trabajadores de una fábrica y algunos usuarios que acostumbrados al trato diario de los camioneros, se sujetan con fuerza de los pasamanos del camión para no ser arrojados con el arrancón; la pérdida de tiempo en un paradero le puede significar a un conductor, que su competidor en la carrera, el piloto de la otra ruta, llegue primero al siguiente pit y le gane los pasajeros.

Doña Berta, usuaria común de la ruta desde hace años, toma el camión dos veces al día y manifiesta que sufre mucho por esta situación, ya que la operaron de las rodillas hace dos años y desde entonces no puede caminar bien, esto sumado a sus 62 años y el sobrepeso que ella misma reconoce tener, son agravantes de peligro en un lugar donde tomar el camión es toda una aventura digna de una película de acción, en un trayecto del que se bajan y suben diariamente cientos de mujeres, niños, ancianos, estudiantes y sobre todo seres humanos, que en algunas ocasiones son tratados como carga pesada por los transportistas.

Entre la velocidad desmedida, la falta de prudencia, la pelea de camioneros de diferentes rutas y los matices urbanos, vendedores, cumbias a todo volumen, o algún cantante que se sube a buscar el “chivo”, los usuarios que se tienen que desplazar por esta zona de la ciudad, aprenden a sortear día a día su necesidad de transporte con el peligro que representa estar en medio de este escenario, en 38 minutos la situación se repitió a lo largo del bulevar Revolución, hasta el Periférico, donde al bajarnos le preguntamos al conductor el por qué el exceso de velocidad y éste respondió, “es por ‘la guerra del centavo’”.

Una “guerra” que según palabras de varios usuarios de la ruta, se debe a que los conductores tienen que pagar una cuota diaria por la renta del camión, lo que los obliga a tener que pelearse por un pasaje, cosa que cambiaría si les pagaran un salario fijo.

‘Quejas van a la baja’

Ernesto Cuéllar Galindo, director de Autotransporte Municipal, dijo que las quejas en contra de los choferes del transporte público por mal comportamiento han descendido considerablemente en los últimos tres meses debido a los fuertes operativos que se mantienen para verificar que cumplan con las paradas establecidas, que no “jueguen carreritas” entre ellos, y que se detengan en los paraderos en forma adecuada y no en segunda o tercer fila, entre otras cuestiones.

“No puedo proporcionar números pero actualmente ya no es algo común el que se reciban quejas por maltrato al pasaje”, manifestó. Cuando un usuario se queja de un chofer, se manda citar a este último y, dependiendo de la falta, se le aplica una sanción, que va desde los cinco a los 15 salarios mínimos según la falta que han cometido de un mal servicio al usuario.

El funcionario exhortó a los ciudadanos a que denuncien cualquier mal comportamiento que observen en los choferes del servicio público, tanto de camiones como de taxis, pues dijo que esto contribuye a que las autoridades tomen medidas correctivas y sancionen severamente en el caso de las reincidencias. (Por Fabiola Pérez-Canedo)

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Escrito en: Autotransporte

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