EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

La inconformidad estéril y paralítica

Palabras de poder

Jacinto Faya Viesca

Uno de los signos característicos de nuestro tiempo consiste en que un alto porcentaje de la población se encuentra inconforme con su situación personal. Su inconformidad permea varias dimensiones fundamentales de su existencia. Y hablamos de personas de todas las posiciones sociales y económicas. ¿Y en verdad, podrá existir algún antídoto contra esta inconformidad que pinta de gris nuestras vidas?

El genio psicológico de GOETHE penetró en esta cuestión que tanta infelicidad nos causa. En una de sus obras escribió: “Hay naturalezas problemáticas que nunca están a la altura de las situaciones en que se encuentran, ni se dan por satisfechas con ninguna. De allí surge ese terrible conflicto que consume la vida sin permitir goce alguno”.

GOETHE jamás defendió el “conformismo” en el sentido de no aprovechar nuestras capacidades, y de atenernos sólo a tomar lo que la vida nos dé. GOETHE mostró a lo largo de sus años, una incesante actividad y una producción asombrosa en poesía, novelas, ciencias, y en sus cargos gubernamentales, en la ciudad de Weimar, Alemania.

GOTHE en todas sus obras nos da una valiosísima pedagogía para la acción, la productividad y la alegría de la vida. GOETHE a lo que siempre se opuso fue a esa actitud que tantas personas asumen, en el sentido de no estar conformes con nada, y a la vez, no están dispuestas a mejorar sus vidas pudiéndolo hacer.

Todos conocemos la frase muy popular: “Yo no trabajo si no me la dan de gerente”. Frase jocosa que revela su dejadez y su inconformidad con su vida actual. El no estar a la altura de las situaciones en que nos encontramos, descubre en nosotros una naturaleza problemática, pues esa inconformidad no es la resultante de una situación determinada, sino que el inconforme lo está ante cualquier tipo de situación, pues a ninguna de ellas le encuentra un significado y gusto, lo que le impide gozar de los placeres que esas situaciones conllevan.

Nada más lejano que pretender invitar a un conformista enemigo de la vida. En el caso de los artistas, científicos, inventores, hombres creativos en la industria, comercio, todas estas personas jamás se hunden en un conformismo espiritual vacío, inútil y destructivo.

En cierta medida, toda persona creativa está profundamente involucrada en mejorar las cosas, y por esa razón crea, inventa, se impulsa y mejora las cosas. Pero su creatividad nunca nace de un estado crónico y difuso de inconformidad existencial. Recordemos, que el conformista sufre por su inconformidad, pero se queda paralizado, amargado e inactivo.

El inconforme crónico lo está en su actual situación, cualquiera que ésta sea; y si pasa a una situación mejor o diferente, también estará inconforme. Su inconformidad, si lo observamos bien, no es la consecuencia de ciertas circunstancias apretadas o de carencia, sino de una toma de posición falsa ante la vida y ante su propia existencia.

¿A cuántas personas extremadamente ricas, con poder político, con prestigio profesional, conocemos y que se sienten crónicamente insatisfechas?

Personas con graves perturbaciones emocionales y que vivían en la abundancia económica, nos relata el psiquiatra Alfred Adler, se curaron por completo cuando pasaron por carencias extremadas con motivo de los bombardeos en Berlín. Adler nos relata que esas personas que eran sus pacientes se curaron de sus perturbaciones y lograron ser muy felices en sus nuevos trabajos como taxistas, lavaplatos, después de haber gozado, de una deslumbrante posición social. La inconformidad de estos pacientes se desmoronó ante la disyuntiva de morir de hambre o de sobrevivir.

Para CRITILO no hay duda: cuando una persona entra a una “situación límite”, como la llamó el filósofo Karl Jasper, o la persona se hunde más o se eleva espiritualmente la visión de su vida cambia radicalmente. Una “situación límite” pude ser la muerte de un ser muy querido, una enfermedad grave, etc. Pero la vida, por fortuna, a muchas personas no las somete a estas “situaciones límites”; y qué bueno que así sea por el bien de ellas. Y a las personas que la vida ha sometido a “situaciones límites” nada mejor que tomar plena conciencia de que su inconformidad ante su actual situación (y las que están por venir) no se debe a la situación en sí, sino a su necio aferramiento de sentir como algo justo su enfermiza inconformidad.

¡Conformismo estéril y paralítico, nunca; elevación del espíritu ante cualquier situación, siempre!

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 369351

elsiglo.mx