Expertos señalan que se desconoce el origen preciso de la fatiga crónica, pero hay pistas sobre que se trata de una variación inmunológica.
Es una alteración de cansancio o agotamiento prolongado que no se alivia con el descanso y se convierte en una pesadilla permanente.
En el diccionario médico se menciona como encefalopatía miálgica, y no es otra cosa que ese cansancio crónico, agotador, que deja sin fuerzas ni ganas de hacer nada.
Los especialistas dicen que la fatiga grave tiene síntomas como pereza, insomnio, molestia muscular, fiebre, así como dolor en garganta, cuello y axilas.
Se trata de un problema que no respeta sexo ni edad, las estadísticas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) indican que el síndrome de fatiga crónica (SFC) afecta a unas 500 mil personas, cuyas actividades físicas diarias caen en picada hasta 50%.
Universo agotado
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que es una enfermedad neurológica grave y en Estados Unidos se cataloga como un padecimiento recurrente y resistente a los medicamentos.
El doctor Rodrigo Toral Villanueva, indica que el síndrome de encefalopatía miálgica perturba de manera sustancial a la gente en lo personal, familiar y, sobre todo, laboral.
Al final del día, agrega, es un mal incapacitante, que genera depresión e inactividad. Aleja a los pacientes de familiares, amigos, disminuye su desempeño laboral y reduce la calidad de vida.
El experto médico señala que se desconoce el origen preciso del padecimiento, pero hay pistas sobre que se trata de una variación inmunológica, es decir, las defensas del cuerpo responden contra el sistema nervioso y los neurotransmisores, sustancias que trasmiten estímulos al cerebro.
Es difícil establecer este síndrome; algunos médicos lo consideran casi invisible, ya que después de hacer la evaluación del paciente y realizar estudios de laboratorio, no encuentran razón aparente para esta sensación de fatiga
En el IMSS, asegura, se realiza un diagnóstico de exclusión para descartar otra enfermedad, debido a que la mayoría de los padecimientos virales presentan dolor muscular y fatiga.
La fatiga crónica no desaparece con reposo o sueño, ni tiene relación alguna con ejercicio o esfuerzo constante y, generalmente, el individuo tiene problemas de concentración, dolores abdominales, sensación de náuseas, mareos y alteraciones del estado de ánimo.
La sintomatología es variable, dependiendo del grado de severidad y exposición de síntomas, pero todas las personas son proclives a padecer esta enfermedad, niños o adultos mayores; la única variante es que en las mujeres de 30 a 50 años ocurre con mayor frecuencia, subraya el especialista.
Sobre el tratamiento, indica: “está enfocado a aliviar signos y síntomas, en el Instituto el tratamiento se realiza de manera integral con psicólogos, psiquiatras, médicos, atención psicológica con antidepresivos, analgésicos y ansiolíticos, además de que se promueve la actividad física moderada para disminuir apatía”.
La terapia grupal es de gran utilidad para modificar actitudes y evitar que las personas pierdan el trabajo.
Las expectativas a largo plazo para estos pacientes son variables y difíciles de predecir, ya que algunos se recuperan completamente entre los seis meses y un año, pero otros pueden tardar más.