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La invasión de los anuncios

DESORDEN | LA CONTAMINACIÓN VISUAL SE HA CONVERTIDO EN UN PROBLEMA EN TORREÓN

Espectaculares, anuncios, pendones y avisos puestos indiscriminadamente por la ciudad contaminan visualmente, pero también lo hacen antenas, cables, aparatos de aire acondicionado y todo aquello que descontrola el paisaje natural o urbano.

Espectaculares, anuncios, pendones y avisos puestos indiscriminadamente por la ciudad contaminan visualmente, pero también lo hacen antenas, cables, aparatos de aire acondicionado y todo aquello que descontrola el paisaje natural o urbano.

Yohan Uribe Jiménez

Poco a poco, las principales vialidades de Torreón se han ido saturando de mensajes publicitarios de todo tipo, sin importar el impacto que esto tiene para los pobladores que recorren el espacio urbano diariamente, ni para el patrimonio de la ciudad.

Anuncios luminosos, pancartas llenas de colores, espectaculares gigantes, creativos carteles y todo tipo de anuncios que contienen información, que por lo general intentan dar uno o varios mensajes, ocultan el paisaje urbano de la ciudad, sobresaturando el cerebro humano cuya capacidad de absorción de datos es superada con la sobre-estimulación que causan estos elementos llegando incluso a herir la pupila. A este fenómeno de las ciudades se le llama contaminación visual.

Actualmente es muy raro ver una calle, avenida, pared, terraza o rincón, sobre el que no se postre alguna imagen que publicite un producto, o una información que con intención pretenda penetrar en el subconsciente de la persona que la lea. Incluso la demanda de lugares estratégicos para ubicar un espectacular crece desmedidamente al punto que el propietario de un inmueble que se encuentre en una calle estratégica o de mucho trafico ofrece su espacio en subastas que otorga al mejor postor.

“Yo lo que hice fue llamar personalmente a varias empresas y ofrecerles mi terraza, después que dos personas que trabajan para agencias publicitarias me solicitaran el espacio, lo que me salió mejor económicamente”, esta fue la estrategia utilizada por José Guadalupe, propietario de una de las casas del Paseo de la Rosita, que sostiene un espectacular de más de 65 metros cuadrados, y por el que percibe una renta fija mensual, que supera la renta del local que tiene su inmueble en el primer piso.

Contaminante visual es todo aquel elemento que sobresature de colores, imágenes y mensajes, el paisaje natural o urbano de un espacio, aunque no necesariamente un contaminante visual es un espectacular o valla publicitaria, también contaminantes visuales son las antenas parabólicas, los aparatos de aire, pantallas de televisión, basura acumulada, escombros de construcción, cableados mal distribuidos y puestos improvisados de ambulantes.

UNA OPCIÓN BARATA

En términos de costo, para una empresa que pretenda mantener un mensaje publicitario, el espectacular resulta una excelente opción, ya que a través de éste se tiene la posibilidad de llegar a una gran cantidad de personas con una inversión igual o menor a la que tendría que hacer si pretendiera llegar al mismo número de personas mediante un medio electrónico o impreso. Ya que según los enterados en mercadotecnia el espectacular lo ven todos los transeúntes, aunque no lean periódicos, escuchen la radio o vean televisión.

Por su parte tapizar alguna pared con carteles es una alternativa muy concurrida por los encargados de las estrategias de mercadotecnia y marketing, ya que no sólo ofrece una posibilidad de llegar al posible usuario del servicio, sino que permite ofrecer una diversidad de estilos e imágenes que muestran la creatividad de los diseñadores y personal de imagen que está detrás del cartel. En una campaña la intención del cartel es tapizar sin medida paredes enteras, debido a que si se rompe un cartel sobrevivan 10.

Muchos son los ejemplos de saturación de anuncios que se pueden citar, avisos luminosos, pequeños anuncios, puestos en las banquetas de la calle, letreros puestos sobre los vehículos e incluso avisos colgados de árboles, postes y hasta faroles del alumbrado público. Anunciando todo tipo de servicios y compañías, desde una multinacional de comunicaciones hasta un puesto banquetero de hamburguesas del que viven dos familias que lo abren en dos turnos.

LA LEGISLACIÓN MUNICIPAL

En la sección V, del segundo capítulo del Reglamento de Desarrollo Sustentable y Protección al Ambiente del Municipio de Torreón y en el Reglamento de Anuncios del Municipio, se encuentra plasmado el ordenamiento jurídico correspondiente a la contaminación visual, donde se designa a la Dirección Municipal de Medio Ambiente y a las demás entidades municipales, como la Dirección de Urbanismo, para que se encarguen de proteger los valores estéticos y la armonía del paisaje urbano, así como la fisonomía propia de los centro de población para prevenir y controlar la llamada contaminación visual.

Los numerales II y III del Artículo 132 de este reglamento, fijan las prohibiciones y las disposiciones para pintar anuncios o colocarlos a la vista del público, “Que no se fijen o pinten anuncios de cualquier tipo en postes, paredes, bardas, sin previa autorización de las dependencias municipales competentes y cumpliendo con las disposiciones jurídicas aplicables”, sin embargo la realidad es que cualquier propietario de una pared estratégicamente ubicada la oferta como espacio publicitario.

De seis bienes inmuebles, ubicados sobre el bulevar Constitución entre la Colón y la Salvador Creel, cuyas paredes cuentan con algún tipo de anuncio, 4 de los propietarios no solicitaron ningún tipo de permiso al Municipio, hace dos años reciben algún monto económico por el anuncio de su pared y tampoco las autoridades municipales se han acercado a decirles nada. Los otros dos propietarios arrendaron sus espacios a una agencia publicitaria que utiliza el espacio.

EL PRECIO DE LA SATURACIÓN

Un espectacular promedio mide más o menos 96 metros cuadrados en promedio, y el precio de la renta mensual del mismo depende del lugar en el que esté ubicado, por ejemplo si es una avenida principal de mucho trafico, puede costar hasta 15 mil 500 pesos al mes. Cuando se trata de una pared o espacio para lona más pequeño, el costo oscila entre 3 mil 500 y 9 mil pesos mensuales, costos que no incluyen ni el diseño del arte, ni la mano de obra necesaria para su realización.

Alfonso Valadez, investigador de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, de la Universidad Nacional Autónoma de México, define la contaminación visual como todo elemento que impide, mediante la excesiva presentación de información en el sistema nervioso central, el procesamiento de datos recibidos, y siempre que se habla de contaminación es porque ésta tiene negativos en el entorno o el comportamiento. “El problema consiste en que es tanta la información que existe que no se puede procesar toda”, agregó el investigador.

El reglamento de anuncios del Municipio es claro, determina desde el lugar en el que se puede ubicar un anuncio, el tamaño del mismo y los requisitos técnicos para su instalación, hasta las sanciones a las que se hará acreedor quien infrinja estas disposiciones, sin embargo, los transeúntes que ha diario caminan por las calles piensan que este reglamento, como muchos otros, son letra muerta.

“Si las leyes se hicieran cumplir claro que todo marcharía de maravilla, nada más vea cuánta basura pusieron los candidatos y algunos ni siquiera la han quitado, aquí nomás en la Plaza de Armas, tanto que hablan del Centro Histórico y mire el J.V. que pusieron, se supone que sus anuncios y letreros no deben alterar el estilo histórico del lugar y les dieron permiso”, comentó Gregorio Hernández, un jubilado que ve con tristeza la plaza que visita desde hace años.

“Contaminación visual no es solamente los anuncios, hay que ver la Casona donde está ubicado el Icocult (Instituto Coahuilense de Cultura), una casa que es patrimonio cultural y sin embargo le rompieron las paredes para meter dos aires acondicionados con sus respectivos ductos por fuera, como es una dependencia del Estado nadie les dice nada”, es el comentario de un pintor y arquitecto lagunero que prefirió omitir su nombre.

A pesar de la claridad de las normas, ningún rincón de la región se salva de estar contaminado visualmente, desde un letrero hasta un puesto de comida en la calle, sumado a las malas instalaciones de cables, aires acondicionados y demás, la estética urbana es un concepto que cada vez se encuentra más lejos de la realidad cotidiana del ciudadano y como siempre en los sectores populares la situación se torna más critica.

Riesgos y daños

A pesar de que el Artículo 16 del Reglamento de Anuncios del Municipio de Torreón, señala que “los anuncios de tipo espectacular de piso, de azotea, unipolares, así como aquellos cuyas dimensiones lo requieran, deberán ser construidos, ser de los materiales y poseer las características técnicas necesarias para soportar ráfagas de viento de hasta 100 kilómetros por hora”, muchos de estos anuncios se convierten en trampas mortales en época de vientos, o fenómenos naturales inesperados.

Aunque no se maneja una cifra cierta, son muchos los accidentes que se han presentado debido a la caída de algunos espectaculares cuando se presentan fenómenos climáticos esporádicos. Uno de los inconvenientes es que no hay manera para realizar pruebas de campo que den certeza de la resistencia de los avisos ubicados en un espacio elevado.

Según la Organización Mundial de la Salud, la contaminación visual afecta al ser humano principalmente causándole afecciones como estrés, dolor de cabeza o migraña, problemas ecológicos, en cuanto a que este tipo de fenómenos pueden alejar algunas especies indispensables para el ecosistema natural de un espacio determinado y accidentes de tránsito por efectos de distracción. En Torreón el departamento de Tránsito y Vialidad no maneja cifras de accidentes causados por contaminación visual.

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