La enfermedad es estigmatizada socialmente y conocida desde la antigüedad como incurable.
En México hay unos dos mil casos y se encuentra en fase de “control epidemiológico", pero no se puede bajar la guardia.
La lepra es una enfermedad olvidada, que pareciera erradicada en el pasado y de la cual sólo queda como referencia las películas y las novelas históricas. Pero lo cierto es que hoy en día es tormento de decenas de miles de personas en el mundo, incluso en México. La medicina moderna ha logrado importantes avances y la mantiene a raya, pero lo mejor para dejarla fuera de la vida es la prevención.
Los científicos la definen como una enfermedad infecciosa crónica causada por la bacteria mycobacterium leprae, que afecta principalmente a la piel, el sistema nervioso periférico y las mucosas de las vías respiratorias superiores y oculares. Indican que sus primeras manifestaciones son unas pequeñas manchas blanquecinas en la piel y el engrosamiento de los nervios.
Los más afectados
Existen dos tipos de lepra, la lepromatosa y la tuberculosa o tuberculoide. Es estigmatizada socialmente y conocida desde la antigüedad como incurable.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada 45 segundos un ser humano, sobre todo pobre, la contrae.
Se da entre gente que vive en condiciones de pobreza y se expande cuando la calidad del agua es deplorable.
Territorio nacional
La lepra en México se encuentra en una fase llamada de control epidemiológico, y aún cuando ya en muchos lugares el control es casi total, es necesario continuar las labores de concienciar e informar a la población para eliminar el riesgo de que repunte.
La farmacéutica informó que desde hace más de 10 años proporciona gratuitamente la terapia multimedicamento para el control de esta enfermedad a través de su Fundación Novartis para el Desarrollo Sostenible y la OMS. En 1985, un total de 122 países tenían este problema.
