Han pasado 27 años desde que se diera a conocer oficialmente en Estados Unidos el primer caso de VIH-Sida. En este largo tiempo, mucho ha cambiado respecto al conocimiento que hoy se tiene sobre el virus. Muchos prejuicios se han derrumbado y los tratamientos hoy permiten darle una mayor calidad de vida a la persona que vive con el virus. Sin embargo, pese a lo anterior, todavía hoy existe un considerable grupo de gobiernos que mantiene en una lista negra a las personas seropositivas y que viven con el VIH-Sida.
Según datos del grupo europeo para el tratamiento del Sida, órgano de la Unión Europea, hay 73 países que mantienen algún tipo de restricción a los viajeros e inmigrantes seropositivos. La lista de restricciones es amplia y varía en grado entre esos países. Tales restricciones pueden empezar desde que se tramita una visa de turista, de negocios o de estudios. Por ejemplo, el Gobierno de India no mantiene restricciones, en teoría, para viajeros que desean permanecer ahí por menos de tres meses, pero no otorga ningún tipo de visa si tiene información de que el solicitante es seropositivo.
Las restricciones pueden incluir procedimientos mucho más severos y que violan la confidencialidad y la dignidad humana. Por ejemplo, el Gobierno indio, al igual que los gobiernos de Irán, Grecia, Guatemala, Egipto y Bolivia, entre otros, exigen una prueba de VIH-Sida a los extranjeros que soliciten un permiso de residencia o una visa de trabajo por un tiempo mayor a un año. Si la prueba del solicitante es positiva, esos gobiernos se reservan el derecho de otorgar el permiso de trabajo o la residencia o hasta el derecho de deportación.
Cabe mencionar que apenas hace unos días, y como resultado de que se celebra en México la XVII Conferencia Internacional sobre el Sida, el presidente George W. Bush firmó una Ley aprobada por el Congreso estadounidense que pone fin a las restricciones para personas que viven con el virus y que solicitaban asilo, permiso de residencia, ciudadanía, visa de trabajo o de turista al Gobierno estadounidense.
Según el Programa Conjunto de la ONU sobre el Sida, en esa lista de 73 países con restricciones hay 11 que mantienen restricciones totales a los viajeros seropositivos: Armenia, Irak, Omán, Colombia, Qatar, Rusia, Arabia Saudita, Islas Salomón, Yemen, Corea del Sur y Sudán por ninguna razón y por ningún periodo de tiempo admiten la entrada a personas que viven con el virus. Recientemente, el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, llamó a cambiar las leyes que mantienen el estigma y la discriminación. Es muy probable que en la conferencia sobre el sida, que inició ayer, el secretario general vuelva a tratar este tema cuando el Grupo Internacional de Trabajo, creado para analizar estas restricciones, presente su informe final de recomendaciones.
El Gobierno mexicano no mantiene restricciones a los viajeros o inmigrantes seropositivos y tal es precisamente una de las razones por las que se decidió que nuestro país fuera la sede de la conferencia internacional.
Los gobiernos que mantienen restricciones lo hacen porque argumentan que “están protegiendo la salud pública de sus ciudadanos” o alegando motivos “económicos”. Sin embargo, estas restricciones lo único que hacen es discriminar, violar la dignidad humana y la libertad de tránsito en la era global.
Hemos avanzado mucho en estos 27 años en la lucha contra el virus. Hoy la lista negra del Sida no son los países que presentan más casos, sino los gobiernos que hacen poco por la prevención y el tratamiento y los que mantienen restricciones de viaje, que lo único que hacen es permitir justificaciones para que en otros ámbitos, como en el sector privado, se siga discriminando a más de 33 millones de personas que viven con el virus en todo el mundo.
Politólogo e Internacionalista
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