La peste, esa enfermedad infectocontagiosa que afecta tanto a los animales como a los seres humanos, considerada como una de las zoonosis más antiguas, virulentas y potencialmente letales, se dirigía a Jerusalén y pasó velozmente junto a la caravana de un viejo sabio del desierto:
––¿Adónde vas tan deprisa? –preguntó el jefe de la caravana.
––A Jerusalén, pienso cobrar mil vidas ahí.
Al regresar de Jerusalén, la peste pasó nuevamente junto a la caravana. Entonces el jefe le dijo:
––Ya sé que has cobrado 50 mil vidas y no las mil que habías dicho.
––¡¡¡No!!! –le respondió la peste–, yo sólo me he cobrado mil, el resto ha muerto de miedo.
Cuántas gentes conocemos que no despliegan su vida a plenitud porque viven atrapadas en los errores del pasado o en los temores, miedos y desconfianzas sobre el futuro, y así se les va la vida.
Cuando sepas que el pensamiento es energía pura, que cualquier pensamiento que hayas tenido, tengas o vayas a tener es creador, entonces, y sólo entonces, sabrás que para controlar la vida tienes que empezar por controlar tu mente.
La energía de tu pensamiento jamás muere, sale de tu ser y se dirige al universo, porque debes saber que un pensamiento tuyo es para siempre, pensamientos de odio te traerán enfermedad, pensamientos de amor te conducirán al encuentro con tu ser superior.
Así que a partir de hoy sólo pensamientos positivos aniden en tu mente y alma.
Atrévete, no temas.
En la vida, quien juega, gana o pierde.
Cuando decidas algo sin miedo, ve siempre adelante.
Da permanentemente rienda suelta a tus sueños.
Desdichado aquel que no inicia amándose a sí mismo.
Desdichado el que no entiende que esta vida, y la otra, no son sino una.
Desdichado el que no tiene en sí mismo la fuente de su dicha. Para ello es necesario tener:
1. Exactitud de propósitos, saber lo que quieres es el paso más importante para tu desarrollo. Aquel que sabe a dónde va tiene la mitad del camino recorrido.
2. Deseo, en la vida lograrás tus objetivos cuando tengas un intenso deseo.
3. Seguridad en ti mismo, la creencia en tus habilidades y capacidades te llevará al éxito.
4. Exactitud de metas, aunque sean modestas, siempre te estimularán a ser perseverante.
5. Cooperación, la armónica cooperación con otros tiende a desarrollar y hacer efectiva tu vida.
6. Fuerza de voluntad, el hábito de concentrar tus pensamientos en la consecución de un propósito definido te conducirá al éxito.
7. Hábito, recuerda que una actitud mental positiva y perseverante es el resultado directo del éxito y la felicidad.
Don Ufaldo, el “maistro” carpintero de Güémez, trabajaba afanosamente en la construcción cuando, sin darse cuenta, se acerca demasiado a una máquina y ¡plof!, una máquina le corta la oreja.
––No se preocupe, maistro –dice el encargado de la obra–, vamos a buscar su oreja y lo llevamos al Seguro, pa’que se la peguen.
Inmediatamente todos suspenden sus labores en búsqueda de la oreja.
––¡Aquí está! –grita un albañil levantándola.
––¡Ésa no es! –dice el carpintero–, ¡¡¡la mía traía un lápiz!!!
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