Después de todo el operativo por la supuesta muerte de un narco, se supo que el occiso era un comandante de la DEI.
Más de 70 elementos del Ejército Mexicano, de la Agencia Federal de Investigación (AFI), de la Policía Federal, de la Policía Estatal, de la Dirección Estatal de Investigación (DEI) y de la Policía Municipal mostraron una actitud nerviosa y de preocupación al acudir al kilómetro 20 de la carretera a Torreón donde en un choque falleció una persona que traía una pistola, una torreta y uniformes negros, pues pensaban que se trataba de un narcotraficante, al final se supo que era un comandante de la DEI, por eso traía el arma.
Cerca de una veintena de soldados rodeó el área donde se registró el choque entre un tráiler y dos camionetas, accidente que arrojó la muerte de Ramiro Romo Carrasco, de 43 años, quien quedó prensado en su vehículo de la línea Yukon, y las lesiones de su hijo Arturo Romo Chavarrín, de 17 años, quien fue trasladado al Hospital General por la Cruz Roja, apreciándose en el interior de la unidad una arma de fuego y una torreta.
Al lugar llegó una decena de elementos de la AFI, otro tanto de la Policía Municipal, varias patrullas de la DEI, otras más de la Policía Estatal, de la Federal y los agentes de Protección Civil para el rescate del cuerpo.
IMPRESIONANTE OPERATIVO
Al parecer cuando se suscitó el accidente, a la llegada de los cuerpos de emergencia se percataron de que adentro de la camioneta siniestrada había un arma de fuego, una torreta y un par de uniformes negros, y por eso dieron parte a las demás corporaciones.
Sin embargo, debido a la situación que vive actualmente la entidad donde se han presentado diversos actos provocados por la delincuencia organizada, los altos mandos de las policías estatales y federales así como los del Ejército pensaron que se trataba de un narcotraficante, por eso mandaron decenas y decenas de agentes.
Algunos resguardaban el área, otros dizque iniciaban las investigaciones, mientras que los elementos de Protección Civil se daban a la tarea de realizar las maniobras de rescate del cuerpo, teniendo que usar la sierra eléctrica para abrir la carrocería.
SE PUSIERON NERVIOSOS
Policías de los tres órdenes de Gobierno que estuvieron presentes en el lugar se creían competentes en el asunto sin saber siquiera si se trataba de una investigación que les correspondiera, inclusive no dejaban hacer su trabajo a los de Protección Civil, que en ese momento eran los únicos autorizados para rescatar el cuerpo sin vida que quedó atorado en el vehículo.
Cuando los soldados y agentes federales, así como los de la DEI vieron el arma de fuego y se presumía que había más fusiles o que el occiso era un narcotraficante se pusieron nerviosos y empezaron a querer desalojar el área, como si no hubiera decenas de oficiales que sólo estaban de mirones y estorbaban.
RESULTÓ POLICÍA
En dos ocasiones le colmaron la paciencia los agentes del Ministerio Publico y peritos al director de Protección Civil, Gustavo Soria, quien textualmente decía “me vale gorro, ustedes no van a venir a decirnos cómo hacer nuestro trabajo, nuestra labor es rescatar un cuerpo sin vida que está prensado”, pues la expectación por saber si se trataba de un narco ponía a todo mundo nervioso.
Aun y cuando sacaron el cuerpo y con una credencial identificaron al occiso no lograron descartar la posibilidad de que fuera un narcotraficante, pues no se les ocurrió declarar al joven lesionado quien les hubiera dicho que había un arma y una torreta en la camioneta sencillamente por que su papá era policía.
CÓMO SUCEDIÓ EL ACCIDENTE
La noche del domingo en la carretera Durango-Torreón a la altura del kilómetro 20 se registró un accidente automovilístico en el que un tráiler tras chocar contra una camioneta GMC, de color verde, invadió el carril contrario de circulación provocando la volcadura de otra unidad tipo Yukon, de color blanca, arrojando saldo de una persona muerta y una lesionada.
El camión, tipo torthon, también se volcó y se incendió completamente a un costado de la carretera, quedando sólo las estructuras metálicas al rojo vivo, desconociéndose la identidad del conductor por haberse dado a la fuga.
Mientras que de la camioneta verde, no se supo tampoco quién era su conductor por haberse retirado del lugar de los hechos.
Por su parte, la Yukon quedó volcada y ahí dentro sin vida Ramiro Romo Carrasco, de 43 años, según el informe de los agentes de Protección Civil, quienes señalaron que con el occiso viajaba su hijo Arturo Romo Chavarrín, de 17, con domicilio en la calle Santa Teresa, en el fraccionamiento La Granja, mismo que quedó internado en el Hospital General para su asistencia médica.
