HOY POR LA MAÑANA más de cien millones de mexicanos entre niños, jóvenes, personas maduras y los infaltables integrantes de la llamada tercera edad, se levantaron presurosos y llenos de ilusión para comprobar qué fue lo que les trajo Santa o el niño Dios quienes para los efectos técnicos son lo mismo.
ESTA MAÑANA México amaneció como siempre y en lo general optimista. Sabedores de que somos un pueblo que deforma la realidad para no tener que enfrentarse a ella, los mexicanos en un acto de autismo puro resolvimos que la crisis mundial no existe en nuestro país. Que se trata de una serie de fraudes bursátiles a la alta escuela, que un grupo de pillos maquinaron más allá de nuestras fronteras, razón por la cual ha sido necesario que los gobiernos ricos del mundo rompan con su tradicional sistema económico neoliberal y del libre comercio, y empiecen a entregar el dinero de los contribuyentes para rescatar y auxiliar a las gigantes empresas privadas, todavía hasta hace muy poco tiempo orgullosos complejos económicos símbolo del imperialismo ahora en desgracia.
BAJO LA ÓPTICA y sistema de proceder de los mexicanos la crisis en un mito. Frente a ella un arma imbatible y contundente; la tarjeta de crédito ese mágico instrumento tal parecido a la Lámpara Maravillosa de Aladino capaz de resolver cualquier crisis personal o familiar.
LA TARJETA DE PLÁSTICO que para el resto de los mortales en el mundo es un simple instrumento para financiar lo que está cierto de poder pagar en menos de treinta días, para los mexicanos se trata de un instrumento para comprar lo que no se puede pagar en efectivo, gastar lo que no tenemos o conseguir algún dinerillo extra a nuestros ingresos reales.
SEA COMO HAYA SIDO, hoy por la mañana amanecieron miles de arbolitos de Navidad con muchos regalos, otros con no tantos y más de cien millones de mexicanos despertaron sin siquiera un árbol de Navidad bajo del cual poner algo en estas fechas decembrinas.
PERO ESTA TRISTE situación navideña para 104 millones de mexicanos, no fue para 149654 trabajadores de Pemex la empresa de todos, ni para 12492 beneficiarios de pensión post morten también de la paraestatal Pemex.
SEGÚN INFORMACIÓN periodística obtenida con base en la Ley de Transparencia, todos los trabajadores de la industria petrolera y que según todos los estudios financieros que se le han practicado se encuentra en quiebra técnica, si tiene capacidad para premiar a su cuerpo laboral, tanto de vivos como de muertos con una serie de prestaciones que resultan a la luz de nuestra realidad económica un verdadero insulto para todos.
ANALICEMOS los privilegios. Según la cláusula 182 del contrato Colectivo de los Trabajadores Petroleros, Pemex tiene entre otras muchas obligaciones con su personal vivo y también con el muerto las siguientes prestaciones: venderles con un descuento del 50% 1000 litros de gasolina Magna MR y seis litros de aceite lubricante automotriz, sobre el precio a que se venda al público (se refieren a nosotros el pueblo llano); además está obligado a donarles el importe de 135 kilogramos de gas doméstico calculado al precio de venta al público en la localidad en donde se encuentre el centro de trabajo, cosa muy parecido a la energía eléctrica gratuita para los trabajadores de la CFE.
ESTOS REGALOS suman en un total 9 mil millones de pesos cada año, lo que representa el regalo de 3,660.00 pesos de gasolina al mes, de 1,314.00 pesos por gas doméstico y de 45.00 pesos por lubricantes. Todo esto representa $60,000.00 pesos al año por sindicalizado, vivo o muerto.
SEGÚN ESTUDIO hecho por el Instituto Federal de Acceso a la Información, los ingresos de los sindicalizados por concepto de canonjías especiales valen un total de 9 mil 777 millones de pesos cada año.
ESTE ASUNTITO y otros muchos más, son los que tienen de rodillas a la industria petrolera de México y fueron totalmente pasados por alto durante la ruidosa reforma energética de la cual ahora nadie se acuerda ni conoce finalmente cómo quedó. Ante este tipo de dispendios y distorsionadas prestaciones, resulta inútil cualquier tipo de reforma para hacer de PEMEX una industria fuerte que sirva a todos los mexicanos no solamente a un grupito de privilegiados.
DE AHÍ QUE LOS arbolitos de Navidad en México sean ahora tan dispares, en unos la abundancia en los otros la carencia y la desolación. Pero como se dijo anteriormente, los mexicanos para poder emparejarnos tendremos que usar frente a tanta desigualdad la peligrosísima tarjeta de crédito.
“El Dinero no da la felicidad, pero aplaca los nervios”.
Jeanne Bourgeoi (1873-1956) Actriz francesa.
Comentarios gaasoc@hotmail.com