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La nota de Napito

Jaque mate

Sergio Sarmiento

“Ser dirigente sindical es uno de los negocios más rentables de México”.

Arturo Alcalde

Este 31 de mayo vence el periodo de Napoleón Gómez Urrutia como secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana. El sindicato ha venido presionando a la Secretaría del Trabajo para que le dé la llamada “Toma de Nota”, un reconocimiento oficial. La Secretaría ha señalado que está estudiando el caso dado que hay seis inconformidades y una demanda de nulidad ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.

El debate sobre la Toma de Nota viene de hace años. Cuando Napoleón Gómez Sada, líder del sindicato desde 1962, se sintió enfermo, tomó la decisión de hacer algo que nunca había ocurrido en el sindicalismo mexicano: heredarle el cargo a su hijo. En marzo de 2000 la cúpula del sindicato nombró a Napito como nuevo secretario general; pero la Secretaría del Trabajo, entonces encabezada por Mariano Palacios Alcocer, negó la Toma de Nota, tras señalar que los propios estatutos del sindicato establecían que el secretario general debía ser nombrado por una convención general.

En mayo de ese mismo año se llevó a cabo la XXXI Convención General Ordinaria. Asistió el propio presidente Ernesto Zedillo y, ante él, Gómez Sada dijo que se había levantado de una cama de hospital para demostrar “que no he muerto” (La Jornada, 3 mayo 2000). Añadió que el sindicato había ya escogido a su hijo como sucesor. Más tarde, la mayoría de los 97 delegados en la convención —leales a Gómez Sada, después de 40 años bajo su mando— eligieron a Gómez Urrutia como nuevo secretario general. Pero una vez más la Secretaría del Trabajo rechazó otorgar la Toma de Nota, en esta ocasión porque no se había comprobado que Napito tuviera un mínimo de cinco años de trabajo como minero, como lo señalan los estatutos del sindicato.

Gómez Urrutia tuvo que esperar hasta el inicio del nuevo Gobierno, el del panista Vicente Fox, para obtener su Toma de Nota. En 2001 la concedió el secretario Carlos Abascal, quien buscaba tender puentes con los sindicatos para lograr la aprobación de su propuesta de reforma laboral.

El problema legal, el que Napito no cumplía con los cinco años de trabajo como minero, se resolvió con una simple carta del gerente de unidad de Minera Mexicana La Ciénega con fecha del 18 de abril de 1994: Napito, decía el documento, era “operador… en el departamento de contabilidad en carácter de trabajador sindicalizado con salario diario de $28.00 M.N.”

Resulta difícil creer que quien ya había sido director de planeación de Siderúrgica Mexicana y director general de la Casa de Moneda, así como aspirante a la candidatura del PRI al Gobierno de Nuevo León en 1992, hubiera trabajado después como operador de contabilidad por 28 pesos al día. Más cuesta aceptarlo, si consideramos que en esos años Gómez Urrutia era también representante del Gobierno de Nuevo León en el Distrito Federal. O La Ciénega, una empresa del Grupo Peñoles, le da una enorme libertad a sus trabajadores sindicalizados o todo fue una farsa para certificar una experiencia laboral inexistente.

Hoy el problema para la toma de nota es mucho más complicado. Gómez Urrutia tiene órdenes de aprehensión en su contra y no participó en la convención en la que debió haber sido electo secretario general. Estos dos argumentos serían suficientes, me dicen, para negarle legalmente la Toma de Nota.

La falta del documento no le quitará a Napoleón ni el sueño ni el control del sindicato familiar. En parte esto se debe a que los tribunales mexicanos han sido notoriamente laxos con él. Recientemente uno le dio un amparo a su sindicato y ordenó la realización de una nueva votación en ocho secciones después de que el 96 por ciento de los mineros votó por unirse a otra organización.

Pero sin la Toma de Nota, y al vencer este 31 de mayo su mandato anterior, ninguna acción que Napo o el sindicato realicen tendrá validez jurídica. De hecho, el sindicato no podrá emplazar a huelga ni firmar contratos con empresas mientras no tenga un secretario general con Toma de Nota de la autoridad. No podrá tampoco promover amparos.

La Ley no le ha inquietado nunca a Gómez Urrutia. El sindicato, según la Cámara Minera, ha llevado a cabo más de 200 paros ilegales y huelgas en el mando del actual secretario general, contra sólo tres huelgas formales en el último periodo de Gómez Sada. Pero los conflictos constantes en los que se ha visto involucrado Napito están desgastando al sindicato.

MONSI Y EL MAMA RUMBA

Hace unos cinco años, después de concluir una entrevista, Carlos Monsiváis me dijo que quería conocer el Mama Rumba de la colonia Roma, uno de los más distintivos centros de salsa de la Ciudad de México. Quedé de llevarlo y el día en que finalmente fuimos, poco antes de entrar, me dijo: “Es mi cumpleaños”. Me sorprendió que en esa fecha especial se reuniera con un virtual desconocido y no con sus amigos. Pero así es Monsi. Se trata de un hombre que no bebe ni baila, pero que es un agudo observador del zoológico humano que alcanza una variedad notable en el Mama Rumba. La velada, muy divertida, me vino a la memoria estos días de festejos por sus 70 años. Los homenajes, ciertamente, los merece. Monsiváis es un personaje tan emblemático de la Ciudad de México como Woody Allen lo ha sido de Nueva York.

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