Kenia es la tierra que está presente en los sueños del candidato presidencial demócrata, Barack Obama. En el poblado de Nyangoma-Kogel nació su padre, Barack Hussein Obama Sr., integrante de la tribu Luo y musulmán practicante que abandonó su religión en los años 60, tras trasladarse a Hawai, con una beca de estudios ofrecida por el Gobierno estadounidense.
El joven senador por Illinois ha estado en este país del Este africano en tres ocasiones. De acuerdo con sus libros “Dreams from my Father” y “The Audacity of Hope”, Obama visitó Kenia por primera vez en los años 80, justo antes de ingresar a Harvard para estudiar leyes. Durante ese verano, siendo entonces casi treintañero, Obama se tomó unos meses para visitar la tumba de su padre en Kenia, a quien sólo pudo ver en una ocasión, a los 10 años, antes de que muriese en un accidente automovilístico en 1982. Esta primera visita a Kenia del joven demócrata lo conectaría con una extensa familia musulmana y con sus raíces africanas.
Cabe destacar que Obama, pese a que podría ser considerado un mulato por ser hijo de una madre blanca, para los estadounidenses es un negro atípico. Obama, a diferencia de la mayoría de la población afroamericana en EU, no tiene antepasados que hayan nacido y vivido bajo el sistema de esclavitud, que fue característico del nacimiento de EU como país independiente y que siguió hasta el siglo XIX. Los orígenes negros de Obama no están en el Sur esclavista ni en el Norte abolicionista. Sus orígenes están en las orillas del Lago Victoria, en la población luo mencionada anteriormente.
La segunda ocasión que Obama visitó Kenia fue a inicios de los 90. El motivo principal de ese viaje fue presentar a su esposa Michelle con el brazo keniano de su familia. En aquella ocasión, según cuenta el propio senador, su esposa se sintió por primera vez “como una verdadera estadounidense al darse cuenta de la ausencia de libertades individuales que vivían los africanos en ese momento”.
Ya elegido como senador, Obama visitó Kenia por tercera vez en 2006. Cientos de personas le dieron una bienvenida de héroe y escucharon el discurso del joven senador, saludándolo en swahili, la lengua hablada por la mayoría de los kenianos. En ese viaje Obama y su esposa se hicieron una prueba de detección del VIH-sida, para promover la detección del virus en la población de este país, cuya tasa de incidencia supera el 9% de la población.
Si llega a la Presidencia, la próxima vez que Obama visite su otra tierra será muy distinta. Es cierto que aquí hasta el Primer Ministro Odinga lo celebra y presume tener algún parentesco con el senador estadounidense, pero si regresa a Kenia encabezando una visita de Estado, Obama se enfrentará a un país y a un continente en el que las promesas hechas por la comunidad internacional, y particularmente por el G8, han sido insuficientes para aliviar los estragos que el VIH-sida, la miseria, los altos precios de la gasolina, la crisis alimentaria y el calentamiento global están causando en el África negra.
De hecho, mientras que los líderes del G8 prometen ayudar a África hasta con 25 mil millones de dólares para 2010, China invirtió 50 mil millones de dólares en el continente tan sólo en 2007.
Si bien es cierto que tal vez el único acierto en política exterior de la Administración Bush ha sido el promover la ayuda para el combate al VIH-sida en África con un fondo multilateral de 15 mil millones de dólares y con su aportación de 750 millones a la Corporación del Reto del Milenio para promover el desarrollo económico y la democracia, el continente sigue siendo la zona más pobre del mundo y las opciones para el desarrollo son escasas, mientras que enfermedades relacionadas con el Sida continúan siendo la principal causa de mortalidad en el África negra.
África podría convertirse en uno de los ejes centrales de la política exterior de una Presidencia Obama. La tierra de su padre finalmente podría salir del romanticismo de las historias de Ernest Hemingway y de Karen Blixen y ofrecer un cambio real para el futuro de este continente.
Internacionalista y Politólogo
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