Las problemáticas del sector educativo en México son de lo más variopintas que podemos encontrar; una de estas problemáticas, tal vez la más pesada por su envergadura y complejidad, es el tamaño de la burocracia: tanto directiva, como administrativa, docente y de apoyo. Dicha burocracia gasta entre un 70 y 80% del total de la inversión educativa.
Esta problemática ha sido señalada puntualmente por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) al señalar que México es uno de los países que realiza mayor inversión y gasto en materia educativa. Lo que no es pertinente es que se gaste tal proporción en el pago de sueldos, salarios y servicios profesionales.
“Son problemas fundamentales en los que vemos que México difiere de otros sistemas de enseñanza del mundo, para nosotros es difícil decir cuál es el mejor equilibrio, lo que sí nos queda claro es que dicho equilibrio es necesario; ya que por un lado es importante remunerar al personal, pero igual de importante es lo que la escuela pueda gastar en equipamiento e infraestructura” (OCDE, Enero 2008).
Ante este panorama, la organización mundial, que dicho sea de paso es presidida por un mexicano (José Ángel Gurría), reconoce que cerca del 80% del gasto es en sueldos; cuando debiera invertirse además en capacitación y tecnología. Incluso recomendaron a la Secretaría de Educación Pública (SEP) que recorte a la mitad su burocracia, es decir, 50% de reducción en la totalidad del gasto que se destina a sueldos y salarios; la finalidad es que dichos recursos sean repartidos de manera equitativa entre rubros tan importantes como nuevas instalaciones, mejores materiales didácticos, capacitación y actualización del profesorado, entre otros.
Es de todos conocida, la enorme carga que la burocracia de la SEP representa para el país, pero tiene que venir de la división de indicadores y análisis de la OCDE, para que reaccionemos ante este fuerte problema, ya que si bien es cierto son altos los niveles de inversión y gasto, éstos se “atoran” en el recurso destinado al pago de la nómina docente y administrativa.
Es importante reconocer que gran parte de los rezagos educativos del país se encuentra en la infraestructura educativa, el equipamiento, los insumos, la formación docente, los materiales didácticos, las reformas curriculares, el diseño de los sistemas de evaluación, la formación directiva y muchos, pero muchos etcéteras.
Los representantes de la mencionada organización mundial, puntualizaron que en otros países han sabido combinar estos recursos y que en México hace falta encontrar el equilibrio correcto: “ése es el desafío, no se trata nada más de negociar”. Esto en clara referencia a la fuerte intervención que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) ha tenido para que dicha burocracia haya crecido a niveles insostenibles.
Desde principios del presente año, dejaron en claro que no le darían a la SEP una varita mágica para resolver su organización y las deficiencias educativas, sino que le proporcionarían herramientas para abatir los rezagos y que dichos ajustes impacten en la mejora de los aprendizajes de los alumnos; no se trata de que sólo memoricen la información, sino que la analicen y reflexionen acerca de los contenidos; además es importante prepararlos para resolver problemas reales y difíciles que se les presentarán más allá del aula. Asimismo, se pronunciaron por concretar la descentralización del sistema educativo, donde se permita tanto a estudiantes como a maestros desarrollar su creatividad, escogiendo su propia dinámica de estudio, de manera responsable.
Cabe mencionar que dicha organización deslindó a los padres de familia de los pésimos resultados que han obtenido sus hijos en las pruebas de evaluaciones nacionales e internacionales, cargando toda la responsabilidad a las propias autoridades, por el tipo de políticas educativas que aplican. Me parece que aquí sí tendríamos responsabilidad los involucrados en la educación de nuestros hijos, ya que los resultados de la evaluación siempre serán multirreferenciales, es decir, nos competen a todos.
Los recursos que la Federación destina para el rubro educativo, pueden y deben invertirse en otros aspectos importantes, tales como las actividades extracurriculares, mejores materiales para aprender, condiciones mínimas necesarias para realizar el trabajo, etc.
Un aspecto descuidado en el gasto educativo son los esquemas de apoyo al desempeño docente, ya que sólo hay inversión en la tan discutida carrera magisterial, que más bien parece una “barrera magisterial” por la que pocos profesores pasan, aunado a la corrupción que acompaña a dicho esquema (secreto a voces entre la población docente). Es importante que vayamos diseñando mejores instrumentos de apoyo al trabajo docente cotidiano.
Hay que reconocer sin embargo, que las grandes inversiones no garantizan mejores resultados, ya que en las evaluaciones realizadas por OCDE en áreas como las ciencias, México se ubica en el nivel cero, nivel creado especialmente para el país por las bajas calificaciones que se obtuvieron en las pruebas.
Mención aparte merece la enorme cantidad de horas de descarga que existen en todos los niveles educativos; estamos hablando de cientos de miles de horas que, en todo el país, son remuneradas y no se trabajan frente a grupo o en actividades relevantes para los procesos enseñanza-aprendizaje, me parece que aquí es donde se podría hacer los ajustes recomendados.
Sólo dejando a un lado tan pesada burocracia y reorientando el gasto educativo, es como se puede avanzar en la mejora del sector y del trabajo que se realiza en las escuelas y las aulas de México.
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