Varias personas de manera voluntaria participan en las actividades de Semana Santa donde se recuerda la Pasión y Muetre de Cristo.
El Siglo de Durango
Sombrerete, Zac.- El ritmo del tambor va marcando la pauta, varios encapuchados de negro se balancean con el ataúd del Señor a cuestas. Uno de ellos vestido de color albo va abriendo camino con una cruz al frente. En el ambiente se respira, un ambiente fúnebre, doloroso, las mujeres marchan vestidas de luto, por la muerte de Cristo.
Son diez imágenes que los feligreses y religiosos van llevando en la procesión entre ellas las de San Juan, Jesús Preso, Jesús Nazareno, La Dolorosa con la cruz, La Virgen de la Soledad y el Santo Entierro o el Cristo Muerto.
Ya son alrededor de 25 años, que se viene desarrollando esta escena, que se conjunta la tradición con el fervor religioso y representa nada más el luto por la muerte de Cristo.
LA FE CRISTIANA
Esta procesión es una manifestación de la fe cristiana que indica la tristeza que tiene la Iglesia de ver a Cristo muerto. Es una demostración al mundo de lo que lleva el egoísmo, la soberbia y el pecado.
Ya que se ha ejecutado a un hombre sin causa alguna, condenado por haber mostrado a la humanidad que tanto ama a Dios al hombre que se hizo hombre para salvarle.
Podríamos considerar esta procesión como el cortejo fúnebre de Cristo. La imagen de Jesús crucificado o muerto (conocido como el Señor del Santo Entierro) encabeza la marcha. Tras él la Virgen María vestida de luto (La Virgen Dolorosa). Detrás el pueblo de Dios en silencio acompaña a Jesucristo y a su Madre.
En Sombrerete solo se realiza la marcha, y el sonido de un tambor, que va marcando el ritmo a los participantes, rompe el silencio. A ratos se escucha el sonido de una trompeta.
NO HAY PENITENTES
Pero a diferencia de otros lugares, aquí no se observan a penitentes que van flagelando su cuerpo con cadenas, con látigos o cargando cruces o maderos pesados.
El Guardián de los Templos de Sombrerete, Fray José Antonio Santa Cruz Santos, señala que las personas que van en la procesión encapuchadas, unas de blanco y otras de negro, representan una hermandad. El negro representa el luto y el blanco, la alegría, porque el Señor va a resucitar al tercer día.
La Procesión del Silencio se realiza con el fin de aumentar la fe en el pueblo, sobre todo que participe y asista durante los actos de la Semana Santa y la procesión representa el culmen de todo esto.
Indica el religioso, que la marcha es una copia de la que se realiza en España y que en nuestro país empezó a realizarse en el estado vecino de San Luis Potosí.
NO DECAE LA FE
No ha decaído la fe católica, la gente va por convicción propia, “y hasta este momento no les pagamos para que acudan y cualquiera puede participar”.
Señala que las personas pueden acudir y se les facilita el vestuario, tanto de clarisas, frailes, damas de blanco, encapuchados y en el momento de la procesión llevan instructores de La pasión de Cristo.
El fraile señala que no se dejará que muera la tradición. Hay tristeza por lo sucedió el Viernes Santo, pero esperanza al comenzar la vigilia que antecede a la Pascua de Resurrección.
La Procesión del silencio recorrió la Avenida Hidalgo, avenida Aréchiga, Centro de Salud, hasta llegar de nuevo al Templo de San Francisco, donde los fieles ya esperaban.
