Muchos son los productos que se comercializan de la Santa Muerte en el Centro Histórico de Durango.
NEGOCIO
Tanto en el comercio formal como informal, esta imagen se encuentra en la ciudad capital y es comprada durante todo el año.
Durango.- “No hay que tenerle miedo a la muerte, más bien miedo al vivo porque después de la muerte estamos todos bien, aquí es cuando todos peligramos”, dice Francisco Serrano García, quien desde hace siete años abrió una capilla en el ex Cuartel Juárez para adorar a La Señora, como se le llama comúnmente.
Comerciante de oficio, platica que tras la iniciativa de su esposa, Lilia Velia Santana Miranda, fue que emprendió la tarea de poner este altar a la Santa Muerte, de la cual es devoto pues dice le prospera en su negocio y en el cuidado de su familia. “Todos creemos en algún santo porque sentimos su ayuda. Ella es un santo como cualquier otro, nada más que la gente le tiene miedo”, explica.
Pero lo que es cierto es que con el paso del tiempo el culto a la Santa Muerte se ha hecho más visible en Durango. Su figura se comercializa en varias partes de la ciudad: el propio ex Cuartel, el Mercado Gómez Palacio, con los ambulantes y en negocios formales.
Y así lo reconoce Francisco: “desde que nosotros abrimos nuestra capilla ya se hacen varios rosarios en casas. Hace siete años atrás no se veía gente con la Santa Muerte o que dijera que creía en ella, muchos lo hacían pero no lo mostraban. La gente tenía temor pero ya no, la traen en cadenas, en pulseras, aretes, tatuada. Hay más apertura”.
A la capilla llegan personas de todas las clases sociales. Lo mismo ricos que pobres e incluso servidores públicos y políticos. “Viene gente del Gobierno. Licenciados, policías, doctores, de todo tipo, gente de fuera que viene especialmente para verla”, relata el joven quien es padre de familia.
Mandas.- En la capilla del ex Cuartel se observa un centenar de botellas de vino, las cuales le son llevadas por las personas a manera de gratitud por algún favor concedido. Lo mismo le ofrecen pan, alhajas, fotografías, fruta y por supuesto veladoras.
Francisco mandó a hacer la figura de tamaño real en la Ciudad de México pues no encontró una de su agrado en el mercado. Prefiere guardarse cuánto invirtió en la efigie pero reconoce que fue una inversión considerable. “Por la fe que le tengo no me interesó lo demás”, refiere.
El 2 de noviembre la Santa Muerte es objeto de “su paseo”, es decir, una peregrinación en la que participan al menos unas 200 personas. “Sale del ex Cuartel como al mediodía pero desde la mañana, la sacamos para que esté cerca de la gente. Recorre todo el Centro, se le reza su rosario, con su comida”, describe el vendedor de discos compactos.
Cuestión de enfoques.- La mitad izquierda del rostro de Francisco luce un tatuaje peculiar con la imagen de la Santa Muerte, eso por una promesa que él le hizo.
Indica que en la capilla la Santa Muerte se ha manifestado pues su figura se dibujó en una mesa que tienen en el lugar, ese hallazgo lo hicieron desde hace tres años. Cada mes, la imagen principal cambia de túnica, vestidos que la misma gente le hace, de diferentes colores de acuerdo a su necesidad. Él tiene la meta de hacer una capilla más grande, por eso busca a gente que comparta su creencia para recaudar fondos.
Está consciente de que a la Santa Muerte se le relaciona con cuestiones ilegales, a semejanza de lo que ocurre con Jesús Malverde y que tanto la Iglesia Católica como las otras religiones cristianas desaprueban su veneración. “El bien y mal existen, ya cada quien sabe qué le pide a los santos pero si se pide un mal no lo vamos a decir, todo se esconde siempre. Si le piden para bien o para mal es problema personal”, dice.
Mercadotecnia.- Figuras, oraciones, veladoras, perfumes, rosarios, libros de cantos, baños para cada día de la semana, jabones, cuadros, pirámides, spray aromatizante, inciensos, protecciones, son algunos de los productos que se venden de la Santa Muerte, es decir, es una gran cadena de mercadotecnia.
En un recorrido realizado por esta casa editora se recabó la opinión de diversos mercaderes quienes coincidieron en señalar que los productos de la Santa Muerte se venden regularmente, a diferencia de lo que ocurría hace algunos años, cuando se mantenía en secreto.
Teresita de Jesús Martí, locataria del Mercado Gómez Palacio y encargada de un negocio de hierbas, charla que trae las figuras de México y Guadalajara y sí las demandan, aunque no es tanto como hace cinco años.
La Santa Muerte es llevada por mucha gente para pedirle por cuestiones amorosas pero también por cosas del trabajo y los negocios. “La verdad que hay mucha gente que cree en esto, yo lo respeto mucho, es mi negocio pero no le pido nada a la Santa Muerte”, relata.
Caso similar el de Ricarda Ortiz, mujer de la tercera edad. Narra que hace unos 15 años no se vendía nada que tuviera relación con La Señora pero ahora, las cosas han cambiado. “Ahora ya hasta tiene altares, no me acuerdo que antes fuera así”, apunta y enseguida refiere que en su negocio las veladoras alusivas a esta deidad sí son pedidas aunque no de manera considerable.
Los precios de la muerte
Durango.- La Santa Muerte es un negocio para muchas personas. Con la diversidad de artículos que existen, todos los bolsillos tienen posibilidades.
Por ejemplo, una figura puede costar desde 25 hasta dos mil pesos, conforme a su tamaño, según la investigación que hizo El Siglo de Durango en varios locales del Centro Histórico. Ahora bien, las veladoras cuestan alrededor de 25 pesos.
Juan Mirón León, comerciante ambulante, diserta que del año 2000 en adelante comenzó el auge de estos productos, los cuales son buscados en el transcurso de los meses, es decir, no hay una fecha especial en donde se dispare su compra.
Rosa Yesenia López, quien atiende un local de hierbas, manifiesta que personas de todos los estratos sociales son los que compran estas imágenes pero en especial jóvenes que no rebasan los 30 años de edad y que tienen ciertas características como tatuajes o vestimenta peculiar.
DATOS
-Son muchas las representaciones que existen de la muerte, así como nombres a lo largo de la historia, en la actualidad es la imagen esquelética vestida con una túnica.
-La ropa que viste la Santa Muerte tiene un significado especial. En primer lugar
está su túnica que la cubre de la cabeza a los pies.
- Tiene un mundo en su mano, con el cual se representa que no tiene fronteras, está en todo lugar y no distingue entre los diferentes hombres que habitan la tierra.
-Algunas figuras traen una balanza. Este instrumento es una clara alusión a la equidad, la justicia y la imparcialidad.
-El reloj de arena. Es la medida de tu vida sobre la tierra, es un reloj de arena porque basta con girarlo para volver a comenzar.
Raíces vecinas
Durango.- Según estudios de especialistas, desde sus inicios, la cultura mexicana ha mantenido una relación cercana y hasta reverente hacia la muerte, relación que con el tiempo se convirtió en un culto que llegó a extenderse por muchos rincones y civilizaciones del México antiguo. El culto a la muerte existe en el país desde hace más de tres mil años.
Sin embargo, a la fecha existen regiones donde La Señora tiene mayor importancia, como lo es el pueblo de San Pantaleón, Sombrerete, Zacatecas.
Antes se hacían vía crucis en la temporada de Semana Santa con figuras de yeso que sacaban por las calles. Un minero hizo la imagen de la muerte que acompañaba a Jesús. Por temor a que la muerte se los llevara los mineros empezaron a adorarla. Dentro del templo católico que data del siglo XVIII, justo a la entrada se le hizo un nicho a la imagen de la muerte y en el altar principal se encuentra la imagen de San Pantaleón. Cada año, se hace una gran fiesta en su honor.
