EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

¿La vida en rosa?

Genaro Lozano

Para muchos, no hay nada mejor que eludir los problemas. Cuando la casa se incendia es mejor poner las barbas a remojar o, en este caso, las faldas a estirar. Después de todo, las bolsas que tanto le gustan están mejor en Nueva York, Madrid, Lisboa, Nueva Delhi y Moscú y el shopping está mejor que atender la crisis con el campo que hay en Buenos Aires. Que total y por 35 días, alguien más ocupará la Casa Rosada y asumirá las culpas de lo que pueda pasar. Parece que así está pensando la mina Cristina Fernández de Kirchner.

¡Qué diferencia de hace apenas 7 meses! Cuando vestida impecablemente, la ex senadora y ex primera dama alcanzaba el sueño que Eva Perón no pudo realizar y el mismo que Hillary Clinton dejó para un mejor momento. ¡Qué diferencia en los titulares que hace unos meses se emborrachaban con la celebración de la continuidad y que hoy viven la resaca y la demanda del cambio! ¡Qué golpe al ego para la presidenta, que asumió con casi un 60% de popularidad y que hoy apenas recibe un 26% de apoyo! Porque para muchos, la presidenta argentina no ha logrado demostrar que es más Fernández que Kirchner, porque para muchos hay un coGobierno, una pareja presidencial que no escucha y que decide reproduciendo la pesada historia del autoritarismo en Argentina, la misma que dicta sin escuchar, la misma que desprecia el diálogo.

La crisis argentina en la que se encuentra inmersa especialmente la Presidencia radica en la decisión de suprimir las exenciones fiscales para los empresarios rurales agroexportadores. Cuando el Gobierno anunció que buscaría poner fin a lo que ante sus ojos era una situación de privilegio del campo, la crisis estalló y lleva ya más de 4 meses. El vicepresidente Julio Cobos pasó pronto de ser aliado incondicional del Gobierno a ser un enemigo de la pareja presidencial cuando en el Senado su voto de la semana pasada enterró la propuesta impositiva. Y la cómoda mayoría de congresistas del oficialismo se evaporó con el avance de la Oposición en ambas Cámaras, poniendo al Gobierno de Cristina en una compleja situación para los años venideros, así como al liderazgo de Néstor en el Partido Justicialista.

A lo anterior se suma la salida del jefe del Gabinete que acompañó al ex presidente Néstor Kirchner desde 2003 y el mismo que le heredó a su esposa y sucesora. Alberto Fernández se fue del Gabinete sin chistar y ahora promete un libro que se convertirá en una serie de confesiones en el piso de la Casa Rosada. En un intento por apagar el fuego, la presidenta nombró a Sergio Massa, un joven político, poco conocido a nivel nacional, pero con una buena reputación de mediador. La primera prueba del nuevo jefe de Gabinete será probar sus capacidades para terminar con la enemistad entre la presidenta y el vicepresidente, pero la tarea se antoja difícil, ya que con su decisión de votar en contra del proyecto oficialista, Cobos, tránsfuga de la academia, se ha abierto el camino a un futuro político más grande.

Cristina llegó a la Casa Rosada impulsada por los buenos resultados de su marido, el hombre que sacó a la Argentina de una de sus crisis más profundas en los últimos años. Hoy la fiesta ha terminado y como menciona un editorial del diario La Nación “aún se ignoran los quilates de la presidenta para manejar el país”. Para Cristina ha terminado la vida en rosa y un nostálgico tango se antoja como música de fondo para una Presidencia que prometía todo y que hoy parece navegar sin rumbo. Miembro del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales Comentarios: genarolozano@gmail.com

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 367790

elsiglo.mx