La violencia puede acabar con la vida de una mujer
El abuso en todas sus formas ‘derrumba’ la autoestima de las personas-
La violencia intrafamiliar es un mal que deja secuelas en las mujeres que la padecen, sin embargo, la mayoría de las víctimas no lo denuncian ni piden apoyo porque tienen mucho miedo de su agresor, que por lo general, es la pareja, señala la psicóloga, Gabriela Reyes.
“La autoestima de una mujer que sufre violencia de su pareja termina por los suelos, no puede tomar decisiones y llega a creer que de verdad merece los insultos y los golpes de su agresor”, manifiesta, “muchas pueden presentar secuelas como dolores de espalda o en las articulaciones, ansiedad o angustia constante”.
Refiere que la violencia familiar impacta severamente a las mujeres en el aspecto laboral, pues quienes viven con este problema se bloquean a sí mismas ascensos e incluso, ante la presión de sus parejas, pueden dejar su empleo, sin importar qué tan remunerativo sea.
“El marido le reclama que llegue tarde, que no pase suficiente tiempo en la casa, le restriega cualquier olvido, le pone trabas y ella misma llega a creer que no puede aspirar a más, por lo que inconscientemente bloquea cualquier posibilidad de ascenso”, comenta.
La violencia que sufren las mujeres en el hogar puede ir desde el abuso emocional o psicológico, con insultos, críticas, amenazas y palabras crueles, hasta las lesiones físicas, hacerle sentir temor, tener relaciones sexuales sin su consentimiento o agredir a personas o artículos con valor sentimental para la persona.
“El esposo que cela constantemente a la señora y que no la deja salir sola a ningún lado o que no le permite arreglarse también está ejerciendo un tipo de violencia”, indica. La psicóloga dice que, en general, son pocas las mujeres que denuncian el maltrato, pues sus abusadores son también la autoridad en el hogar, la mayoría de las veces, el marido del cual dependen económicamente.
“Las personas agredidas suelen volverse muy dependientes de su agresor, por lo que soportan esta situación que, a la larga, resulta muy dañina también para los hijos, aun cuando a ellos no se les agreda, daña su autoestima terriblemente”, expone.
La psicóloga señala que para terminar con la violencia contra las mujeres es necesario promover en el hogar los valores de equidad de género desde la infancia, a fin de evitar menores machistas.
En la Procuraduría de Atención y Defensa de la Mujer se cuenta con departamentos que se encargan de las diferentes problemáticas relativas a la salud física y emocional de la mujer y un área legal donde se ofrece orientación según la problemática particular además de enlaces con instancias como el Ministerio Público, Seguridad Pública, defensores de oficio y jueces.
En esta instancia también existe un área de Trabajo Social donde se canalizan los casos y en el área de Psicología donde se ofrece terapia individual. La Procuraduría también cuenta con área médica donde se elaboran certificados de lesiones, se realiza un historial clínico y se canalizan casos que requieren seguimiento además de campañas de salud permanentes.
Manifestaciones
Enseguida se presentan las diferentes manifestaciones de violencia que existen y afectan psicológicamente a las mujeres que se encuentran en estas situaciones.
-Intimidación: con gestos, miradas, gritos, destrozos, arrojar objetos.
-Amenazas: de llevarse a los niños, de herirse a sí mismo, de matar a la señora.
-Económica: impedir a la mujer trabajar pero no darle dinero para las compras.
-Desprecio: tratarle como inferior y no tomarle en cuenta para las decisiones importantes.
-Verbal: a través de insultos y humillaciones.
-Sexual: imposición de relaciones sexuales contra la propia voluntad, presiones para el uso de anticonceptivos.
-Aislamiento: vigilancia de sus actos y movimientos, impedimento para hacer amistades.