La “Visión de los vencidos” es una obra monumental del famoso antropólogo e historiador mexicano Miguel León Portilla, en la cual se relata e ilustra con maestría sin igual la conquista de Tenochtitlán a través de los ojos indígenas, pero en esta ocasión quiero rendir homenaje, plagiándole a la malagueña el título a tan renombrado profesor, a los dos equipos eliminados en las semifinales del Torneo Apertura 2008.
Dicen que la historia la escriben los ganadores y no les falta razón, pero cuando los derrotados caen con la gallardía del campeón Santos y de los Potros de Hierro de Cancún, el reconocerles mérito es un elogio natural a aquellos que los doblaron.
Atlante es un muy buen equipo, que juega un futbol agradable y técnico aunque con un plantel justito, lo que les pasó factura en algún momento del campeonato y, obvio, en esta liguilla en que hay que jugar más seguido.
Por momentos el cuadro del “Profe” José Guadalupe Cruz hizo recordar al campeón de hace un año, pero resultó evidente que el puro esfuerzo no alcanzó.
Quizá hubo decisiones arbitrales que los perjudicaron, pero no se puede hablar de una eliminación a consecuencia directa de los silbantes. La falta que da origen al penal con que se abre el marcador en el juego de ida, sinceramente no la puedo apreciar en la lejana toma televisiva y parece que hay una mano deliberada de Gerardo Torrado cuando quedaban veinte minutos en la vuelta. Todo lo demás es respirar por la herida y parte de ello fue la actitud retadora e indisciplinada de los del Sureste allá en el paradisiaco Cancún. Cruz Azul es un digno finalista.
Santos de la Comarca defendió su corona con pundonor, honestidad y buen futbol. Independientemente del trancazo mediático que fue la contratación de Cuauhtémoc Blanco, los del Norte bordaron momentos de gran inspiración. Sin embargo, fueron superados en todas las líneas por un Toluca que tiene pinta de campeón. Las inoportunas lesiones de Christian Benítez y de Fernando Arce pesaron a la hora de definir la eliminatoria, no obstante, se debe aplaudir y agradecer el esfuerzo que los dejó literalmente fundidos en el “infierno rojo”.
Gran trabajo en todo el año de Daniel Guzmán y de una directiva moderna y pensante que planea con sentido y a largo plazo, sensata en la toma de decisiones.
Ahora tenemos en puerta una gran final que sin duda resultará de polendas. Cruz Azul es una gran institución y es de los cuadros con mayor poder de convocatoria en todo México, pero a Toluca no se le debe escatimar el título de “grande” pues sus logros, juegos de finales y títulos le hacen surgir como uno de los equipos emblemáticos de nuestro balompié.
Además, el ingrediente extra de dos directores técnicos jóvenes y capaces que fueron compañeros y campeones con Chivas y que el domingo uno de ellos levantará el trofeo que lo acredite como monarca del futbol nacional. ¡Suerte a ambos!