Han pasado los años y vemos que no existe una remediación a los problemas ambientales en general, principalmente del agua en la Región Lagunera. Prevalece la voz del silencio y todos callan en todos los niveles del Gobierno, sociales, de la Iniciativa Privada, de ecologistas, derechos humanos, entre otros, que mucho hablan y proponen programas y más programas y al final no se hace nada y las cosas continúan igual o peor. Nadie protesta o interviene en poner un coto a los factores o causas que atenten en contra de los recursos naturales y esto da mucho a qué pensar ¿serán acaso intereses políticos, económicos o hechos de corrupción en acuerdos que perjudican a un tercero, que en el caso será la propia ciudadanía?
No es posible que prevalezca el silencio cuando todos sabemos que no ignoran, por ejemplo, de la escasez de agua regional y la pérdida de la calidad del agua potable por la intrusión del hidroarsenicismo y otras sales; de que tampoco ignoran que el acuífero principal de La Laguna se abate irremisiblemente desde hace años, a causa de que el alumbramiento es mayor que la recarga, y lo más lamentable es que el mayor porcentaje se usa en menesteres agropecuarios para sostener una producción lechera de más de cinco millones de litros diarios, lo que significa que nuestra agua se comercializa, literalmente, a otros estados y países.
Se extraen de las reservas de aguas subterránea más de 1,200 millones de metros cúbicos anuales, mientras la recarga no llega a reabastecer más de 500 millones de metros cúbicos. Esto presenta un déficit muy grande en términos de este valioso recurso. Curiosamente nadie dice nada y sólo se escucha la voz del silencio, aun sabiendo que el 90% del agua extraída se utiliza para producir forrajes (alfalfa entre otros), que son altamente consumidores de agua, y del 10% restante, tres quintos se destinan para la industria y los dos quintos restantes se utilizan para uso doméstico. Todo en contra de la Ley de Aguas Nacionales, señalada en la Ley Federal (Art. 27, Título II, Capítulo 1). Ésta señala claramente las prioridades como es para el uso doméstico o consumo humano. Un daño claro a esta Ley es la contaminación del acuífero por el arsénico, que ya está dentro de la mancha urbana de Torreón y Gómez Palacio. La verdad es que nos estamos quedando sin agua.
Aparte de la agresión en contra de la Ley Federal, también se atenta en contra de la Ley de Desarrollo Sustentable, que quiere decir que podemos utilizar los recursos naturales, siempre y cuando no estemos poniendo en peligro la disponibilidad y calidad de éstos para las presentes y futuras generaciones. Entonces ¿dejaremos que nuestros errores y nuestro silencio ante estas injusticias deje sin futuro a nuestros hijos y nietos? Y por más que tratemos de igualar la calidad natural del agua por medios fisicoquímicos como los que utilizan las embotelladoras, lo cierto es que nunca la podremos igualar. Muchos investigadores han escrito y señalado estas anomalías por mucho tiempo y nadie del Gobierno ha actuado. Sólo mediante la voz de nosotros, no sólo de la ciudadanía de Torreón, Gómez y Lerdo, sino de todo México se logrará detener la injusticia.
Por lo que se ve, de nada ha servido desde hace 40 años que venimos señalando en la prensa local estas anomalías en columnas escritas “Laguna Insólita”, “Ecología Regional”, y con su “Amable Permiso” y no se ha logrado despertar una conciencia social de que se están provocando impactos a la Naturaleza y sólo por ignorancia y avaricia con propaganda se desorienta al pueblo con el gambito de la creación de empleos, mientras se oculta la verdad de que La Laguna tiene actualmente más de millón y medio de habitantes que requieren sin duda de recursos naturales de calidad como el agua potable, cuidar los suelos, y el aire atmosférico.
El tema es vasto y lo más importante es despertar la conciencia ciudadana y fundamentalmente del Gobierno que debe procurar el bienestar y la paz social.