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Ladrones de cobre dejan sin agua a un poblado entero

Para abastecerse de agua, la mayoría de los habitantes del ejido La Unión, recorrían a diario más de medio kilómetro, para llenar unas cuantas tinas de las norias cercanas. (Fotografías de Jamie de Lara)

Para abastecerse de agua, la mayoría de los habitantes del ejido La Unión, recorrían a diario más de medio kilómetro, para llenar unas cuantas tinas de las norias cercanas. (Fotografías de Jamie de Lara)

Guadalupe Miranda

Los habitantes del ejido La Unión, del municipio de Lerdo, padecen la falta del líquido durante más de 72 horas

Por más de 72 horas, los habitantes del ejido La Unión, ubicado a 38 kilómetros de la cabecera municipal, sufrieron por la falta de agua que ocasionó el intento de robo de alambre de cobre del transformador de la única noria que abastece a esta comunidad.

La pesadilla para las más de 80 familias que habitan el lugar comenzó el domingo. Tiburcio Posada, encargado de echar a andar el transformador de la noria, al intentar hacerlo notó que el transformador estaba tirado y con los alambres de fuera.

Inmediatamente después, informó a la comunidad de lo sucedido para que tomara sus precauciones para los siguientes días.

“Nos levantamos, y al querer agarrar agua nos sorprendimos porque no salía nada de la llave”, cuenta Leticia Vázquez, vecina y ama de casa.

Aunque en esta comunidad, las familias están acostumbradas a tener agua un día sí y otro no, “nos ha creado un gran problema no tener ni una gota”, dice la mujer, ya que el apoyo para abastecerse de agua, no llegó por parte del Ayuntamiento, únicamente para reparar el transformador.

Pero quienes más han sufrido esta situación, son los pequeños que cursan su educación primaria en la escuela Templo del Trabajador.

Ante el desabasto de agua, el desayunador quedó paralizado, los sanitarios fueron cerrados y los bebederos se encuentran inservibles.

Debido a ello, según explica Martha Eva Carrillo, maestra de primer y segundo grado, “los pequeños que desean ir al baño, deben ir rápidamente a su casa y cuando les da sed, pues se van con algún vecino de por aquí”.

Según explica Esperanza Salazar, madre de familia, aunque a los pequeños se les manda a las escuela con una botella de agua, ésta no es suficiente para soportar las más de cinco horas que pasan en la escuela.

Y es que, según comenta Martha y Esperanza, en esta comunidad no es fácil conseguir agua, mucho menos embotellada, “aquí las tiendas no abastecen las necesidades que demanda la comunidad”.

Es por ello que los vecinos de este lugar se las han arreglado como han podido en los últimos días. Tal es el caso de Esperanza, quien al contar con el servicio sólo unos días, construyó una pileta en medio de su casa, la cual trata de mantenerla con un poco de agua.

“Como ya tenía mucho tiempo el agua que junté en la pila, pues ya tiene lama y pues tengo que colarla para poder usarla, para lavar los trastes o la ropa”.

Para tomar, explica Esperanza y Leticia, deben de caminar poco menos de un kilómetro para poder llenar unas cuentas tinas de una noria “que nos dijeron que la abrirían tan sólo por tres horas, tiempo en el que deberíamos de llenar todo lo que pudiéramos”, señaló Esperanza.

Los habitantes de este lugar continuarán con esta práctica, hasta que el servicio se restablezca por completo, lo cual se espera que suceda en las próximas horas.

Ante tal situación, el juez Efrén Ávalos Contreras y el comisariado ejidal Santiago Carrera, se trasladaron a la Presidencia Municipal la mañana del lunes para solicitar su apoyo.

No fue sino hasta el día de ayer, cuando una cuadrilla del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Lerdo (SAPAL) acudió al lugar para reponer el transformador que fue dañado.

“Según nos informaron los vecinos del lugar, que el transformador fue encontrado tirado pero como se dañaron unas boquillas de porcelana y se derramó el aceite, dejó de funcionar, pero no será hasta que lo analicemos detenidamente, cuando se determine el daño que se le ocasionó”, indicó Gerardo de la Torre, titular del SAPAL.

Aunque la comunidad cuenta con su propio sistema de agua, “el SAPAL, por instrucciones del alcalde Carlos Aguilera, nos pidió que los apoyáramos, cambiando su transformador para que pudieran echar andar la noria y así terminar con el desabasto de agua”.

Cómo le hicieron

Para abastecerse de agua, los vecinos del ejido La Unión tuvieron que hacer lo siguiente:

- Recorrieron, a pie o en auto, poco más de 500 metros para llenar sus tinas en una noria cercana.

- Utilizaron el agua que se juntó en sus piletas.

- Se trasladaron a otras comunidades.

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