La puesta en escena celebró ayer durante la función de las 4 de la tarde su presentación número 200 dentro de su gira por México.
El ambiente era de gran expectación y algarabía en el recinto de Cepeda y Matamoros: los chiquitines laguneros, ellos ataviados en trajes azules al estilo de Sportacus y las niñas con pelucas rosas y trajes a tono, esperaban que la magia se hiciera realidad sobre el escenario del Teatro Nazas la tarde del pasado domingo.
De pronto, las luces desaparecieron para dar paso a una enorme pantalla donde un gimnasta vestido de azul daba la bienvenida a todos los asistentes. El show de Lazy Town había comenzado entre aplausos y gritos de sus emocionados seguidores.
El medidor de energía descendía peligrosamente de nivel, lo que ocasionaría que la ciudad desapareciera por ser la más “humillantemente perezosa” de todo el mundo. Sportacus, Stephanie y los habitantes de Lazy Town estaban decididos a impedir que esto sucediera, y con la ayuda del público, entonaron canciones y pusieron a bailar a todos los asistentes a fin de recuperar la paz en la ciudad.
Sin embargo, el malvado Robbie Rotten hacía de las suyas para impedir la salvación del pueblo, usando recursos dignos de un siniestro personaje: intenta desviar la atención de la gente haciendo que coman golosinas, abriendo regalos y jugando videojuegos.
Lo peor llega cuando, engañando a Sportacus con una manzana, roba sus poderes y lo hace prisionero suplantando su identidad y confundiendo a los asistentes.
Finalmente, y con la ayuda de cientos de pequeños laguneros, el héroe verdadero recupera su fuerza y derrota al malvado Robbie, salvando una vez más a Lazy Town en una fiesta de luces, bailes, efectos especiales mientras unas enormes pelotas eran lanzadas al público que feliz celebra la despedida del show entre una lluvia de confeti multicolor.
El éxito alcanzado por la serie televisiva y que ahora se ha trasladado a los escenarios, celebró ayer durante la función de las 4 de la tarde su presentación número 200 dentro de su gira por México.