Lakers ganó el quinto juego de la serie a Boston y se pone 2-3. (AP)
La agonía de Lakers de Los Ángeles se extendió anoche, luego de vencer a Celtics de Boston 103-98 en el quinto juego de la serie final de la NBA y ahora regresará a Boston para intentar algo que parece imposible: levantar el trofeo Larry O’Brien.
Kobe Bryant fue el líder de los californianos en puntos anotados, con 27, además de contribuir defensivamente con siete rebotes y cuatro asistencias, mientras Lamar Odom también contribuyó en este triunfo con 20 puntos, 11 rebotes y dos asistencias.
Por Celtics de Boston, Paul Pierce tuvo una brillante noche y se destapó con 38 puntos, seis rebotes y ocho pases para canasta, desafortunadamente no contó con el apoyo a la ofensiva de sus compañeros de equipo para conseguir la cuarta victoria que les habría dado el título en duela ajena.
En medio de un ambiente enrarecido por la histórica derrota del pasado jueves, los aficionados que se dieron cita en el Staples Center vieron cómo su equipo tomaba la delantera y el control del juego, pero sin la seguridad de que este resultado se pudiera mantener hasta el final del partido.
Abajo por 17 puntos, los pupilos de Doc Rivers vieron cómo su férrea defensiva era vulnerada por Lakers, que al igual que en el pasado juego, se separaba en el primer lapso, que concluyó 39-22 a favor de Los Ángeles.
Pero en el segundo periodo apareció Pierce, quien ha sido la inspiración de Boston en esta serie, para superar a un Gasol y un Odom, quienes poco pudieron hacer ante los encestes del delantero de Celtics.
Poco a poco el ánimo de los espectadores cambió, los festejos en cada enceste dejaron de escucharse cuando vieron como los de verde remontaban el marcador de forma similar a como lo hicieron el pasado jueves.
Sorprendentemente, Lakers aguantó la reacción de Boston y dejó la duela para ir a los vestidores con la ventaja de su lado 55-52, pero con el recuerdo de la derrota que sufrieron hace tres días en sus mentes.
Para el tercer episodio las cosas no cambiaron, Los Ángeles tomó el control del juego, Gasol y Odom ganaban la batalla bajo los tableros, algo que durante los anteriores encuentros nunca sucedió.
Para su mala fortuna, frente a ellos estaba un equipo que deseaba terminar con todo esto para proclamarse de una vez por todas campeón de la NBA, por décima séptima ocasión en su historia. Estos Celtics, que nunca dejan de luchar, pusieron en serios predicamentos a los monarcas de la Conferencia del Oeste, quienes vieron en peligro su ventaja para cuando terminó el tercer periodo, pues el marcador mostraba un 79-70 a favor de los locales.
Nuevamente ese ambiente de tragedia se sintió en el escenario durante los primeros minutos del lapso final, nada ni nadie podía detener a Pierce, quien seguía haciendo puntos a diestra y siniestra, mientras Garnett se apoderó de la tabla, demostrando por qué fue el defensivo del año en esta campaña.
La magra ventaja de los angelinos se vio recortada 92-90 cuando quedaban poco más de tres minutos en el reloj, momento en que las caras de angustia comenzaron a distinguirse entre los asistentes en todo el Staples Center.
Pero la esperanza renació en todos los jugadores y aficionados de Lakers cuando escucharon el sonido del final, 103-98 del lado de los californianos, quienes extendieron su agonía un juego más, pero ahora deberán viajar a Boston, donde disputarán mañana martes el sexto juego de la serie.
