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Las FARC y México

Julio Faesler

La liberación anteayer de Ingrid Betancourt, retenida como rehén durante más de seis años por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), es el más reciente golpe que este grupo guerrillero ha sufrido en los últimos meses de manos del Gobierno colombiano.

Secuestrada en 2002, en plena campaña para la Presidencia de Colombia, la doctora Betancourt personificó el drama de miles de víctimas en todo el mundo de la brutalidad del terrorismo. Los guerrilleros secuestran sin distinguir si se trata de personalidades nacionales o de simples ciudadanos como son campesinos, obreros o empleados. Trabajadores sociales y misioneros también son utilizados para obtener sumas estratosféricas o chantajear a los gobiernos a cambio de la libertad de sus presos políticos.

Estos grupos guerrilleros responden a un esquema maestro que ejecutan los que se proponen desestabilizar a un país usando todos los medios para aniquilar las instituciones y sustituirlas con un régimen de supuesta justicia social que se ha de cumplir instaurando una férrea dictadura totalitaria.

Las FARC, grupo marxista-leninista, que se fundó en 1964 bajo el liderazgo de Pedro Antonio Marín, alias Manuel Marulanda o Tirofijo, reúne un historial de muerte y destrucción provocando movimientos de pueblos enteros que huyen de sus ataques orquestados en numerosas provincias de Colombia. Su financiamiento está fuertemente ligado al narcotráfico que en un año dado puede alcanzar cientos de millones de dólares, además de lo que obtienen por los secuestros y la “protección” con que extorsionan a los que cultivan droga que se vende en el insaciable mercado norteamericano.

La guerra del Gobierno colombiano contra las FARC que controlan vastas extensiones del territorio de ese país, lucía como interminable. En marzo de este año, sin embargo, el Ejército colombiano incursionó al terreno fronterizo ecuatoriano lo que resultó en la muerte del “Raúl Reyes” el número dos de la guerrilla después de Alfonso Cano, sucesor de Tirofijo quien murió meses antes de un ataque al corazón. En el operativo se incautaron tres computadoras con información que constataba la estrecha relación de las FARC con las mafias. El ataque suscitó una racha de violentas reclamaciones por parte de Ecuador, Cuba, Nicaragua y de Venezuela, solidarizándose con aquel país. Hugo Chávez movilizó tropas amenazando con declararle la guerra a Colombia.

Pero las notas que “Raúl” había consignado en sus computadoras antes de morir, confirmaba los nexos entre las FARC y Ecuador y el apoyo que venían recibiendo del presidente de Venezuela. Ello explica por qué Chávez defendía tanto a las FARC abogando que se les quitara de las listas de los grupos terroristas y que se les reconociera como beligerantes.

Chávez tuvo un momentáneo éxito al lograr negociar en enero de este año la liberación de Clara Rojas, candidata a la vicepresidencia de Colombia, también secuestrada por las FARC. Alardeó su cercanía con este grupo y anunció poder negociar también la liberación de Ingrid Betancourt. Este último propósito quedó frustrado al revelarse en las computadoras incautadas los turbios nexos secretos con que Chávez apoyaba a las FARC con armas y dinero.

En contrapartida, la intervención del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, fue en todo momento honesta y válida, ofreciendo incluso ir a la jungla para personalmente dialogar con los guerrilleros y obtener la liberación de Betancourt, quien tiene la doble nacionalidad franco-colombiana.

Mientras Francia realizaba negociaciones se hizo el rescate exitoso de esta semana que salvó, junto a Betancourt, a once ciudadanos colombianos y a tres norteamericanos. El operativo resultó impecablemente diseñado y ejecutado. La manera en que el comando militar se infiltró en los altos mandos de las FARC para realizar su cometido, a más de constituir una emocionante secuela digna de una película, demostró a todo el mundo que, pese a lo que se suele creer, los grupos rebeldes aparentemente invencibles con todo y su impresionante arsenal, sí pueden ser derrotados siempre que a un eficiente sistema de inteligencia se añada decisión y valentía.

Este golpe llevará a un mayor debilitamiento de las FARC que durante décadas han sembrado terror y destrucción. Sólo desde la muerte de “Raúl Reyes” se calcula que más de 9 mil de sus integrantes han defeccionado.

A México le beneficia el debilitamiento y futura derrota de las FARC. Una parte de la cocaína que pasa por nuestro territorio es financiada por ellas. Nuestra Policía además tiene identificadas varias casas en el Distrito Federal, Guadalajara, Monterrey y Toluca donde se reúnen simpatizantes de los guerrilleros. Esos centros también se vinculan con los círculos del socialismo “bolivariano” que Venezuela opera en nuestro país.

En todo el mundo se dan escenarios de guerrilla y terrorismo. Sus actores quieren explicar sus crímenes contra miles de inocentes pretextando luchas sean por nacionalismos a ultranza, fundamentalismos religiosos, o proclamando justicia social para los débiles.

No sabemos cuánto tiempo más continuarán estas inicuas violencias asolando las poblaciones que alegan redimir. Lo que cada uno de nosotros sí podemos hacer es poner todo nuestro esfuerzo personal para evitar que, al menos en nuestra comunidad inmediata, sigan los abusos y atracos que a diario sufren los sectores marginados que nos rodean y que son origen y pretexto para estos terribles, costosos y a la postre, inútiles movimientos de revancha.

Coyoacán

juliofelipefaesler@yahoo.com

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