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LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

Los vulgarismos son dichos del pueblo

juan recaredo

¡Ay, qué señor tan vulgar...! Exclama una dama encopetada con el mismo tono con el que doña Florinda dice: vente tesoro, no te juntes con esa chusma, menospreciando a los aludidos porque según ella pertenecen a una muy baja clase social. La dama encopetada seguramente se referiría a un tipo que se expresaba con palabras soeces y otras groserías.

En ese caso, la dama estaba usando el adjetivo “vulgar” para señalar algo corriente y del peor gusto... y cuando yo le digo a usted que le voy a mencionar algunos vulgarismos, a lo mejor va a pensar que le voy a reproducir aquí algunas de esas groserías o insultos que “acorrientan” el hablar, pero no es necesariamente así.

El vulgo en la antigüedad eran “las grandes masas del pueblo” que se supone que por lo general son gente poco culta y los vulgarismos, simplemente son vocablos que se dicen mal, cambiándoles una o dos letras, como los dice el vulgo, el pueblo, como decir “demen” en lugar de “denme” que es lo correcto.

Los vulgarismos son errores que se cometen con más frecuencia de lo que uno piensa y es de veras sorprendente comprobar que se dan aún en los ambientes más refinados, en donde se supone que impera una cultura mucho más alta que la media común.

Como a nosotros, tal vez a usted le haya tocado también escuchar al maestro universitario que dice “haiga” o como le sucedió a éste su servidor, que en una ocasión le tocó escuchar al Secretario de Educación del Estado, en una llamada que se transmitía por televisión, diciendo que “hay alumnos que DESIERTAN de las escuelas” ignorando que el verbo DESERTAR es regular y que por lo tanto debió de usar la forma DESERTAN.

La lista de vulgarismos que aparecen a cada rato en nuestro hablar cotidiano es interminable. Aquí cito algunos ejemplos con la idea de que nos puedan servir cuando menos para que las metidas de pata se espacien un poco y no se den un día sí y otro también:

Es un error decir:

Comelón en lugar de comilón.

Diabetis en lugar de diabetes.

Disvarío en lugar de desvarío.

Intrínsico en lugar de intrínseco.

Campión en lugar de campeón.

Te desiamos en lugar de te deseamos.

Interveniste en lugar de interviniste .

Libre albredío en lugar de libre albedrío.

Suidad en lugar de ciudad.

¡Desen un abrazo!, en lugar de ¡dense un abrazo!

Calcamonía en lugar de calcomanía.

Diferiencia en lugar de diferencia.

Todos éstos y muchos más, son vulgarismos y si uno quiere mejorar su uso del lenguaje, debe sacarles la vuelta.

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

¿Cómo se dice?, “barajar” o “barajear” pregunta Andrés Hernández Arroyo.

RESPUESTA: Lo correcto es “barajar”. Sin embargo por ser una costumbre muy difundida, la Academia ya acepta también “barajear”.

Frase sabia para terminar: El que sabe, sabe... Y el que no sabe, es el jefe. LAS PALABRAS TIENEN LA

PALABRA.

Estimado Don Juan.

Escríbame a “Estimado Don Juan” y plantee las dudas que tenga acerca de los usos del lenguaje. Con todo gusto trataré de aclararlas. La dirección de correo electrónico es:

donjuanrecaredo@gmail.com

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