Cuando explota una bomba, estalla la gramática
Dicen que así dijo un diputado español en plena guerra, cuando le pedían cuentas por las bombas que explotaban: “Cuando explota una bomba, estalla la gramática” fue su pretenciosa respuesta.
La verdad es que el episodio no me parece muy creíble. Imagínese que en medio del fragor de la batalla se ponga usted a corregir al informante su pronunciación o el haber hecho una apreciación semántica equivocada o sea que haya atribuido a una palabra el significado que no tiene. De todas maneras hay que reconocer que tenía su buen grado de razón ya que cuando la bomba explota, en realidad no explota… estalla.
Explotar, según el diccionario, es otra cosa. Se explota una mina cuando se extrae de ella su riqueza, sus minerales o lo que tenga de valor en sus yacimientos. Explotar se usa también en sentido figurado para referirse a obtener utilidad de un negocio o para aplicar alguna actividad en provecho propio.
Pero la bomba estalla. Estalla también la revolución. Un comentario puede hacer estallar la ira de una persona, o si es una buena noticia puede hacer estallar en gritos de alegría a toda la familia cuando se enteraron que el abuelo les había dejado una jugosa herencia. También estalla en sollozos una muchacha porque su novio la abandonó.
Explotar es otra cosa. Hay muchos padres que explotan a los hijos pequeños poniéndolos a trabajar, vendiendo baratijas por las calles. Sin embargo la Real Academia, siempre con sus singularidades, acepta que la bomba hace explosión y la “explica inexplicablemente” mediante un verbo inexplicable que es explosionar, verbo que me resulta especialmente antipático.
Otra: Declararon al acusado… ¿Cómo lo van a declarar? pregunto yo. Se le declarará culpable o inocente si lo es, pero eso no es lo que quieren decir cuando afirman que declararon al acusado. Ahí el sentido de la frase es que le tomaron declaración al pobre hombre.
Es algo parecido a “mi abuelo me heredó”. Ahí quiero decir que el abuelo me dejó una herencia, pero lo que estoy diciendo en realidad es que mi abuelo ya no quería que después de muerto él siguiera yo siendo su nieto y entonces me dejó de herencia con otro viejo amigo suyo y debe haberle dicho…
“Es un buen muchacho… un poco alocado pero es bueno. Ahi te lo dejo de herencia… a ver qué puedes hacer con él… Como si fuera un mueble…
Estimado Don Juan.
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PREGUNTA DEL PÚBLICO.- Un joven de 17 años, Pedro Jesús Dávila del D.F. nos dice que es muy aficionado al futbol y que le molesta la diferenciación que se hace cuando se habla de futbol soccer y de futbol americano, porque éste último no es exclusivo de América. Además, en nuestro continente americano se practica mucho más el soccer que el otro mal llamado americano
RESPUESTA: Estoy totalmente de acuerdo contigo y me parece muy oportuna tu observación, querido amigo.
Frase para terminar: Al altar y a la guerra te llevan con música. Si no, no irías. ¿Cómo dijo? ¡LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA!