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LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

Juan Recaredo

Una cosa es quemar naves y otra cosa es barrenarlas

“Quemar sus naves” es una expresión muy común que usted seguramente habrá oído y quizá hasta empleado alguna vez. Se usa al hablar de quien emprende algo difícil y riesgoso y quiere eliminar cualquier posibilidad de arrepentirse.

El origen de la expresión se le atribuye al conquistador Hernán Cortés cuando decidió quedarse definitivamente en tierras americanas y para no tener la tentación de regresar a España, lo que hizo fue destruir totalmente sus naves.

Lo curioso del caso es que el tal Don Hernán aunque andaba después “que se le quemaban las habas” por regresarse, la verdad es que sus naves no las quemó… Las barrenó para que se fueran a pique. Para el caso, el resultado es el mismo pero el hecho es que no las quemó… Sería más adecuado decir que las hundió.

Otra curiosidad: usted seguramente conoce a alguien que fuma mucho y le dicen que fuma como CHACUACO. Pero ¿qué es un chacuaco? ¿es un aparato, es un pájaro, es un avión o es Supermán? ¿En dónde podría usted encontrar un chacuaco?

Pues el lugar en el que sería más probable encontrar un CHACUACO es una fundición porque según el diccionario el chacuaco es un horno que se usa especialmente para fundir minerales de plata. Ya podrá imaginarse usted que el chacuaco es contaminante “hasta la pared de enfrente” porque humea casi tanto como un fumador empedernido.

Otra expresión muy común es esa que dice que a alguien se le manda con CAJAS DESTEMPLADAS.

Cuando alguien busca con mucho anhelo un objetivo, por ejemplo un muchacho pretende el amor de una chica, va y la busca y le declara: “Petronila, yo quiero todo contigo” y la tal Petro -que ya ve usted como es de afrentosa- le dice: ¿Saes qué, Pascasio? ¡¡NI loca!! Entonces se dice que lo mandó con CAJAS DESTEMPLADAS. Y yo pregunto ¿por qué cajas y por qué destempladas? y de inmediato yo mismo contesto lo siguiente:

La expresión proviene del ambiente militar. En el ejército se llama CAJAS a los tambores. Cuando se tocan, los tambores deben estar bien templados, o sea, con los cueros restirados hasta un punto adecuado.

Cuando un oficial del ejército comete una infracción, alguna falta muy grave, se le declara indigno de su cargo, se le degrada y se le expulsa de la corporación.

La ceremonia de la degradación es impresionante. En presencia de toda la corporación, un oficial de alto rango le arranca las insignias al acusado y luego éste abandona el lugar acompañado de un redoble de las “cajas” que para el efecto han sido destempladas, (aflojadas) produciendo así un sonido discordante y todo eso se hace así, para mostrar profundo y total desprecio al infractor.

Estimado Don Juan.

Escríbame a “Estimado Don Juan” y plantee las dudas que tenga acerca de los usos del lenguaje. Con todo gusto trataré de aclararlas. La dirección de correo electrónico es donjuanrecaredo@gmail.com

Y si le interesa el tema de las palabras, le recomiendo los libros, “El Bien Decir I”, “El Bien Decir II”, “Por si las dudas” y “El Diccionario para Uso Diario”, todos con el singular estilo y el humor de mi querido compadre Ricardo Espinosa. Pídalos a libros@comodijo.net o bien al Tel 0181 8317 8659 y se los mandan hasta la puerta de su casa, en cualquier ciudad del País.

PREGUNTA DEL PÚBLICO. Alberto Chávez pregunta si la expresión correcta sería ANTES QUE TODO o ANTES QUE NADA y también comenta acerca del cártel de las drogas, y el cartel que se fija en las paredes para anunciar algo, porque piensa que el cambio de acentuación lo hicimos nosotros “por imitar a los gringos”

RESPUESTA: Académicamente la expresión correcta es ANTES QUE TODO. Sin embargo se usa con mucha frecuencia ANTES QUE NADA y creo que es válida como la doble negación porque decimos que NO HAY NADA cuando queremos decir que NADA HAY. No decimos cártel por imitar a los gringos. La palabra viene del alemán KARTELL que es originalmente un convenio que se hace entre varias empresas similares para evitar dañarse por la competencia.

Frase matemática breve para terminar: Al seis lo inventaron en un dos por tres. ¿Cómo dijo? ¡LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA!

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