LA EQUIS Y EL SIGNO DE INTERROGACIÓN
Diremos como dicen los muchachos de ahora: Lo que pasa con la equis es que “está muy equis”.
Así son los orígenes de nuestro idioma. Estamos tomando como ejemplo el extraordinario caso de la “X” que algo tiene de cruz y de calvario, sobre todo para nosotros los mexicanos, una letra que aparece realmente pocas veces en nuestro vocabulario y que sin embargo, por equis razón, nos identifica. Tal vez porque aparece en el nombre de México y de los mexicanos y para permanecer ahí ha tenido que nadar contra corriente.
Empezando porque la hemos tenido qué defender a capa y espada para que se quede en el nombre de nuestro país, a pesar de que los españoles se enojan y vociferan queriendo descalificarnos: Josú, pero mira que sois unos tíos tercos... ¿eh? Que Méjico se escribe con J, hombre... ¡joder...! (¿o se debería escribir xoder?).
La enigmática X es una letra que sentimos muy nuestra, la queremos mucho, tanto que le damos indistintamente cuatro sonidos en nuestra querida lengua española mexicana: Las de Xochimilco, La sh de Xola, la ks de Necaxa y la j de México.
¿Y por qué tantos sonidos? Pues porque los conquistadores oían a nuestros aborígenes decir mexica y unos entendían meshica y otros mejica, mesica o mecsica y escribían las crónicas como Dios les daba a entender y por lo visto les dio a entender poco y diverso.
En matemáticas, la X es la incógnita y el comediante Chabelo acaba calificándola de “espantosa” cuando aparece inopinadamente en sus concursos, como queriendo privar a un indefenso niño de su premio.
Otra pregunta muy de nuestro tiempo es ¿quién diseñó y puso en operación el símbolo de interrogación?
¿Qué? ¿Por qué? ¿Cómo dijo? ¿Cómo dice que dijo? En las romanas épocas remotas, cuando se quería hacer que una frase fuese interrogativa, se escribía la palabra quaestio después de la frase. Así, quaestio indicaba “es pregunta”.
Con el tiempo, aquella palabra se fue abreviando. Primero, en lugar de quaestio se empezó a poner qo. Es decir, una q minúscula, seguida de una o también minúscula y luego un minúsculo puntito.
Aunque esto ya representaba en sí una gran simplificación, se acortó luego aún más, quedando solamente la q y el punto, o sea q. Todavía después se empezó a poner el puntito debajo de la q y más tarde, alguien le dio una mordidita a la letra y nos quedó como producto final ese “gusanito” que nos sirve como símbolo para cerrar las frases interrogantes, tal como lo conocemos ahora: ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ?
En algunos idiomas como el inglés, ahí paró la cosa, pero en español todavía se le asignó una contraparte que es el mismo signo pero en posición invertida y sirve para indicar en dónde empieza la pregunta, prudente medida, a decir verdad, porque en inglés hay momentos en que no sabe uno si se está preguntando o afirmando algo... ¡y si no sabes inglés, tantito peor!
Recordemos entonces que en nuestro idioma, para escribir con corrección, es necesario siempre escribir ambos signos, el que abre y el que cierra la interrogación.
ESCRÍBALE A DON JUAN RECAREDO:
Escriba a mi correo electrónico y plantee las dudas que tenga acerca de los usos del lenguaje. Con todo gusto trataré de aclararlas. La dirección de correo electrónico es donjuanrecaredo@gmail.com
El jueves 18 de septiembre a las ocho de la noche en el Teatro Nazas de Torreón, Ricardo Espinosa impartirá una amena conferencia titulada “La Magia de la Palabra”. Usted también puede asistir. Boletos en taquilla.
PREGUNTA DEL PÚBLICO: Sergio Paulín pregunta, casi afirmando ¿Verdad que decir acomedido es un barbarismo?
RESPUESTA: El adjetivo acomedido empezó siendo un barbarismo como usted dice. Originalmente es una forma incorrecta de pronunciar la palabra comedido, pero ha sido usado así con tanta frecuencia, que la Academia de la Lengua acabó por aceptarlo. Nada más que ahora ambos vocablos tienen significados diferentes. Acomedido es servicial, que se presta para ayudar sin que se lo pidan y comedido significa ágil, que hace las cosas con prontitud. Acomedido es un muchacho que va pasando y se detiene a ayudarnos a empujar el carro descompuesto. Comedido es un mesero que nos trae rápidamente la cerveza que le pedimos con todo y su correspondiente botana.
PENSAMIENTO PESIMISTA PARA TERMINAR: El matrimonio es como un elevador: Los de afuera quieren entrar y los de adentro no encuentran cómo salir.
¿Cómo dijo? ¡LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA!