ESTÁ BIEN, PERO
NO TE ENOOOJEEES
Andando en estas “andanzas idiomáticas” me sucede con frecuencia que cuando llego a algún lugar, cuando por ejemplo me acerco a un grupo de gente que está a la mesa en un restaurante o en una reunión, no falta alguien que exclame “Ahora sí, hay que hablar correctamente porque el señor se enoja...”.
Luego resulta que el señor que se enoja soy yo... es decir, que me asignan el papel de quijote del lenguaje que anda “desfaciendo entuertos idiomáticos” por todos lados y que a alguien que dice “a dónde fuistessss” o “no sé si haiga” o “cuando andábanos cortando rábanos” tengo la ineludible responsabilidad de enterrarle una daga en medio del corazón para que ya muerto aprenda a no andar agrediendo a nuestro bello idioma. Bueno, pues no es así.
De una vez por todas permítaseme avisar a las personas que piensan que se me frunce el hígado cada vez que oigo un despropósito de tal naturaleza, que no hay tal fruncimiento, ni en el hígado ni en alguna otra parte del organismo de ésas que son fácilmente fruncibles.
En mi presencia puede usted decir “ansina semos” y le prometo que ni siquiera provocará una mínima alteración en mi sistema circulatorio. No existe causa para ello. Su manera de hablar es algo muy personal y sería muy estúpido de mi parte esperar que todo el mundo a mi alrededor debe hablar como si fuera miembro numerario de la Real Academia Española... ¡Para nada!
Pensar eso sería como creer que por ejemplo al Rey Pelé le sobrevienen unas irresistibles ganas de cortarse las venas cada vez que ve a un delantero de la Selección Mexicana fallar un tiro penal. Si así fuera hace mucho que el Gran Pelé estaría a tres metros bajo tierra y no precisamente trabajando de minero.
Lejos de eso, en los comentarios que hacemos a través del periódico o de la televisión, llevan como objetivo motivar al público, hacer que la gente que escucha o lee nuestros comentarios, sienta que estas cosas del idioma, son interesantes, son anecdóticas y hasta divertidas y que para hablar correctamente no se requiere ser un experto ni haber cursado una carrera de licenciado en letras en la Universidad más prestigiada.
Usted puede aprender a hacer buen uso del idioma sin tener idea de lo que es una hipérbole o una sinécdoque... que eso es para los lingüistas.
Además hay mucha gente que tiene la impresión de que hablar correctamente, es un lujo... No, por favor no piense así... El hablar bien es un asunto de eficiente comunicación.
Trabajando en un taller, en cualquier empresa, una de las primeras instrucciones que le dan a usted es que utilice sólo la herramienta adecuada y que al terminar de usarla, la limpie, la revise si no tiene algún deterioro, y la guarde en su lugar. Bueno pues el lenguaje es la herramienta básica de nuestra comunicación... Habrá que prestarle todos esos cuidados para mantener su eficiencia.
ESCRÍBALE A DON JUAN
RECAREDO:
Escriba a mi correo electrónico y plantee las dudas que tenga acerca de los usos del lenguaje. Con todo gusto trataré de aclararlas. La dirección de correo electrónico es donjuanrecaredo@gmail.com
El jueves 18 a las ocho de la noche en el Teatro Nazas de Torreón, Ricardo Espinosa impartirá una amena conferencia titulada “La Magia de la Palabra”. Usted puede asistir. Boletos en taquilla.
PREGUNTA DEL PÚBLICO: Entre otras cosas Sergio Adrián González Gutiérrez de Tampico nos hace algunas observaciones acerca de la doble negación que ya hemos tratado varias veces en esta columna anteriormente. Nos dice por ejemplo que al decir “No vino nadie” se está negando que vino nadie y que es lo mismo que decir que vino alguien.
RESPUESTA: Efectivamente así es, sin embargo después de mucha polémica, la Real Academia Española ha aceptado la doble negación como una forma de enfatizar lo que se está negando. En ese caso están frases como “no vino nadie”, “no hay nada” y otras similares.
MAL CONSEJO PARA TERMINAR: Mátate estudiando y serás el cadáver más culto del panteón. ¿Cómo dijo? ¡LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA!