LOS ANALES, EL AÑO
Y LOS AÑALES
Al estar anunciando una exposición de pintura, el locutor tuvo un pequeño “lapsus linguae”, es decir, una metida de pata que a él le puede haber parecido pequeña pero no lo era. Dijo que la exposición era bianual en lugar de bienal.
El tamaño del error puede apreciarse si pensamos que es como si hubiera dicho que un período de seis meses es igual a uno de 24 porque la exposición bienal ocurre cada dos años y si fuera bianual sería de las que ocurren dos veces en el año. ¡Ciertamente entre ambas expresiones, hay una gran diferencia!
En cambio lo anual es lo que ocurre cada año... mientras que los anales son relaciones de sucesos por años y añales es una expresión que usamos familiarmente para decir “hace muchos años” por ejemplo en “hace añales que no pasaba yo por aquí”.
Al hablar de los anales generalmente se usa la forma plural. Podría decirse un anal pero en todo caso debemos cuidar de no confundirnos con el adjetivo anal que es el que se refiere a esa parte del organismo tan humillada, albureada y vilipendiada que es la abertura que se encuentra al final del aparato digestivo y que dicen que es como los autos Volkswagen: todos tenemos uno.
Sin embargo, no podemos desconocer que hay una relación entre ano y año en cuanto al origen de la palabra. La raíz es común: el año corresponde al tiempo que tarda la Tierra para darse una vuelta alrededor del Sol. El sentido implícito de la palabra es que el sol vuelva a su posición original o que vuelva una estación determinada. En todo caso la esencia que da origen a la palabra es el concepto vuelta.
El otro también es algo redondo como una vuelta y lo vemos más claramente si le aplicamos el diminutivo porque entonces se convierte en el anillo que es un aro circular.
A la misma familia idiomática que el año pertenecen palabras como “aniversario” que es el día en que se cumplen uno o más años de algún suceso memorable.
Añejo es algo que tiene ya muchos años... Puede ser por ejemplo un vino o un queso y luego tenemos también grupos de años que pueden ser los seis de un sexenio, los dos de un bienio o los mil de un milenio. El quinquenio es de cinco años pero si se le dificulta recordarlo puede llamarle lustro.
Lo que funcionó en tiempo pasado es lo relativo a “antaño” como puede ser una canción de Agustín Lara cantada por Toña la Negra... Y en contraposición con el antaño está hogaño, que es lo que sucede ahora, en estos tiempos.
ESCRÍBALE A DON JUAN
RECAREDO:
Escriba a mi correo electrónico y plantee las dudas que tenga acerca de los usos del lenguaje. Con todo gusto trataré de aclararlas. La dirección de correo electrónico es donjuanrecaredo@gmail.com
Ruth Pérez Aguirre me escribe pero no dice de dónde. Me pregunta qué días aparecen mis artículos. Es que depende de la ciudad, Ruth. Como me dice que los que ha leído aparecieron en domingo, creo que usted está en una plaza donde se publican jueves y domingos.
PREGUNTA DEL PÚBLICO: Tengo mensaje de Laura de B. (así firma) de La Paz, Baja California. Me menciona el caso de “sendos” que es un adjetivo distributivo que a veces se usa erróneamente como sinónimo de “enormes” y hay quien dice por ejemplo “Tengo sendo dolor de muelas”...
RESPUESTA: ¡Claro que es una error, Laurita! Tienes mucha razón. La utilización correcta es con el significado de “cada uno”. Por ejemplo: Llegaron los tres niños con sendos regalos. Eso quiere decir que llegaron con un regalo cada uno. ¡Muy bien! ¡Así sí!
FRASE AGACHONA PARA TERMINAR: Cuando un perro tiene dinero hay que llamarle Don Perro. ¿Cómo dijo? ¡LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA!