La disfonía se puede atacar con tratamiento farmacológico, quirúrgico o una inyección de toxina botulínica, una neurotoxina comúnmente utilizada para tratamientos estéticos. (Archivo)
Hay gente a la que prácticamente se le va la voz y no sabe cuál es la razón. Son víctimas de una enfermedad llamada disfonía espástica, un raro padecimiento que atormenta más mujeres que a hombres.
El Instituto de Investigación de Enfermedades Raras de España indica que este padecimiento afecta a tres de cuatro personas por cada 10 mil habitantes y la Asociación Española de Disfonía Espasmódica señala que es más común en las mujeres, ocho la padecen por cada hombre con esta patología.
Especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social indican que quienes padecen este problema tienen dificultad de la fonación, por lo que, al hablar, la gente emite una voz forzada y entrecortada.
Esta enfermedad tiene mayor incidencia entre los 30 y 50 años, asegura el doctor Alejandro Vargas Aguayo, jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional Siglo XXI.
En el IMSS, señala, la disfonía se puede atacar con tratamiento farmacológico, quirúrgico o una inyección de toxina botulínica, una neurotoxina comúnmente utilizada para tratamientos estéticos.
Explica que en el IMSS, desde hace tres años, se emplea la toxina botulínica con buenos resultados en el control de síntomas.
Este procedimiento, indica, consiste en una inyección que atraviesa la piel del cuello, viendo la laringe a través de un aparato llamado nasofaringoscopeo y es aplicando en las cuerdas vocales. A partir de las 48 horas el paciente comenzará a notar los cambios y su voz empezará a escucharse.
GRAVES Y AGUDOS
No se conoce la causa de la enfermedad, pero un estudio citado por la Asociación de Ayuda contra la Disfonía de Cataluña señala que 20% de las personas con padecen disfonía espástica tiene un familiar con el mismo mal.
El doctor Vargas Aguayo menciona que la técnica quirúrgica se hace mediante una incisión en el cuello para seccionar el nervio laríngeo superior, que se encarga del movimiento de la cuerda.
Al cortarlo se desplaza hacia el centro, con lo cual se corrige la disfonía en forma parcial, a lo cual sigue una etapa de rehabilitación.
Los pacientes reciben consejos de higiene foniátrica, sobre cuidados de la laringe, cómo evitar gritar, comer alimentos secos y comienzan a recibir estimulación con un aparato energía eléctrica, que mejora la movilidad de las cuerdas vocales, reeducación respiratoria para no respirar con la boca y relajación del cuello y músculos en general.
Advierten los expertos que pacientes tensos y nerviosos con situaciones de estrés pueden perpetuar el problema.
El especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social indica que mas que una enfermedad que cause problemas para comer o respirar, la disfonía espástica significa que una persona no pueda comunicarse de forma adecuada, lo que impacta negativamente en su ambiente laboral, en sus relaciones personales o ante una entrevista de trabajo.