El Delegado del INAH en Durango consideró positivo que avance el rescate de edificios históricos en la capital, ya sea por parte de particulares o por parte de los tres niveles de gobierno.
El Siglo de Durango
El Centro Histórico de la ciudad de Durango, en lo que va de este milenio, ha tenido una transformación profunda y radical, a tal grado que actualmente es el Centro Histórico más importante y conservado del norte del país.
Así lo dijo el representante del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en el estado de Durango, Alberto Ramírez, quien dijo que esto requiere un mantenimiento más puntual sobre los 748 monumentos que hay en esta zona de la ciudad.
Asimismo, Ramírez consideró que los avances en el rescate y conservación del Centro Histórico de Durango se deben a que los tres niveles de gobierno han mostrado mayor conciencia, pues nunca como antes le han apostado a mejorar el primer cuadro de la capital.
INVENTARIO
El funcionario federal expuso que a otras administraciones de gobierno les pasó de noche la riqueza y el potencial de desarrollo que tiene la capital duranguense, por lo cual ofreció de parte del INAH asesoría y apoyo a los proyectos que se contemplan para este 2008 en ese sentido.
Alberto Ramírez indicó que es fundamental avanzar para que el Centro Histórico y otros itinerarios de la ruta del Camino Real sean declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad por parte de la Unesco.
Añadió que afortunadamente ya hay conciencia por parte de los gobiernos y los propietarios de edificios históricos, sobre la importancia de rescatarlos y mantenerlos conservados en apego a la normatividad y los criterios jurídicos de los reglamentos.
LEY
Dejó claro que es preferible aplicar con firmeza la normatividad y los reglamentos para intervenciones de obras en el Centro Histórico o en edificios históricos declarados por el INAH, en vez de dejar que de forma indiscriminada se hagan las cosas al libre albedrío al construir.
Señaló que es aquí donde ha tenido una fuerte participación el INAH y los organismos de la sociedad civil que trabajan junto al Instituto en la vigilancia de las intervenciones en este tipo de inmuebles.
Y es que consideró que cuando no hay vigilancia firme empiezan a surgir las ocurrencias, las cuales no cuadran en una ciudad como Durango, con casi cuatro siglos y medio de historia.